ENSAYO: MEMORIA DE CASAS SOÑADAS de José María García del Monte

 

Autoedición

208 páginas

Podría pensarse que Memoria de casas soñadas, escrito por un arquitecto es un libro de arquitectura, o, en el mejor de los casos, un libro sobre los apuntes de un arquitecto alrededor de ciertas construcciones propias o ajenas. Y eso podría ser una razón para apartarse, especialmente aquellos ajenos a esta disciplina.

Que error. He tenido la suerte de que el autor sea amigo mío. Me sentí obligado al menos a empezarlo... y ya desde las primeras páginas fui consciente de que lo que tenía entre manos era algo diferente. Inesperado.

Siendo simples, podemos decir que lo que se nos ofrece es una colección de pequeños textos alrededor de casas que al autor, por una razón u otra, le sirven de referencia.. Pero esta explicación le hace perder la esencia: memoria, recuerdos, algo íntimo. 

Y lo primero que aporta García del Monte es un concepto de casa diferente o más complejo que el arquitectónico. Más cerca del hogar. Del alma. Para explicarlo sólo puedo usar sus propias palabras:

"Cada casa es volver a atisbar la poesía de poner junta la materia y hablar con ella del ser humano". "El arquitecto necesita masa donde al poeta le bastan las palabras".

El primer acierto es el tono. El autor consigue una cercanía que sólo puede llegar desde la sinceridad y las ganas de compartir sus ideas, sus sensaciones. Y con ello, consigue entablar un diálogo casi personal con cada lector. Nos habla de alrededor de doscientas construcciones, de algunas nos hace fijarnos en su estructura, de  otras encuentra ese detalle revelador que nos hace verla de otra manera, a algunas consigue adivinarles el alma...y por supuesto, deja un hueco para que nosotros contemos la nuestra y concluye contándonos él la suya.

Lo dije al principio, aunque sea un arquitecto hablando de algo que suena a arquitectura. Lo que hay detrás de esta página es un escritor. Una persona capaz de utilizar las palabras con el rigor necesario para contar lo que quiere pero también siendo consciente de la belleza que pueden tener y de su plasticidad. En sus textos hay una sabiduría cercana, generosa y nada soberbia, que se recibe con comodidad aunque en muchos casos nos hace ver de otra manera verdades contundentes.

"La sabiduría quizás consista en ver tan claramente lo que, por evidente, tantas veces olvidamos".

"El conocimiento revela la verdad, pero la mirada vive de la ilusión".

"El tiempo necesario para que empiece a cantar el silencio en el bullicio, que a poco se hace corpóreo y va impregnando la experiencia".

"La mejor casa es un mediador constante entre el ser humano y la naturaleza"

y la reflexión que más me ha gustado, con la que deberían hacer camisetas:

"Lo contrario de la seriedad no es la diversión, sino la frivolidad. Sé serio y alegre, profundamente alegre. Porque la alegría de estar vivo exige la profunda seriedad de vivir apurando la vida".

Memoria de casas soñadas consigue mantener un diálogo personal con cada lector, ya lo he dicho. A mi me habla de como, para que una casa se convierta en un hogar, hay que entenderla, escucharla y que se puede firmar con ella un pacto, será nuestro refugio y nosotros la habitaremos. Pero hay más, el libro también me habla otra forma de mirar, de una reflexión más sosegada pero al mismo tiempo rigurosa, de otra manera de intimidad. En definitiva, de la vida, porque ¿ que hay más cercano a la vida que el lugar donde somos nosotros mismos?.

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