Amarah Jae Sant Jaubyn. Michael Ward. Shanika Okword. Kedar Williams. Ellis George. Francis Lovehall Alexander James Blake. Daniel Francis Swaby. Kadeem Ramsay. Romario Simpson. Jermaine Freeman. Marcus Fraser. Saffron Coomber. Frankie Fox
Segundo capítulo de la serie cinematográfica que Steve McQueen dedica a narrar la vida de las personas de color en el Reino Unido.
En este caso, la propuesta nos habla de música, en concreto de un género entre el blues y el reggae que, conocido como lovers rock, reunía a este colectivo en fiestas que se celebraban en casas particulares y donde nacía un mundo aparte, totalmente aislado de la realidad que tenían que vivir todos los días en las calles de la ciudad.
Una propuesta coral donde hay pequeñas historias, quizás podríamos decir que un romance, si buscásemos una línea argumental, pero donde lo principal es la visión de conjunto y la importancia de estos pequeños acontecimientos a la hora de definir la situación de los que allí participaban.
Creo que Lovers Rock hace especial hincapié en dos aspectos a la hora de definir esta comunidad:
Por un lado, el sentimiento de hermandad alrededor de este baile que adquiere la categoría de ceremonia catártica, ese encuentro plural y sin límites donde todos comparten ese espacio y ese tiempo, conscientes de lo que tiene de código común, de lo que significa para todos ellos como ese reducto de libertad.
Y en segundo lugar, y muy especialmente, la sensualidad que desprende esa comunión de cuerpos y almas, ese nivel de transgresión tan diferente de la sociedad en la que están intentando sobrevivir. Mc Queen consigue transmitirnos una fisicidad esponjosa y tan agresiva como ingenua, que la aceptemos y la celebremos y que, aquello que tantas veces ha servido para estigmatizarlos, los convierta en seres orgullosos de su libertad.
Otro de los aciertos, en cualquier caso, es que el director no los idealiza. También entre ellos existe la violencia.
McQueen proviene del ámbito artístico y museístico antes de comenzar su carrera cinematográfica más comercial. Esto se nota siempre en su forma de narrar pero quizás es más patente en esta cinta que necesita una caligrafía muy especial para hacernos entrar. Es perfecto en su forma de envolvernos, de utilizar detalles, movimientos, cuerpos. Lovers Rock tiene tanto de experiencia como de crónica.
Y aunque aquí parezca que estamos en un espacio propio, la amenaza exterior está siempre presente, ya sea en forma de un grupo de jóvenes o en ese jefe, en apariencia amistoso, que se ocupa de devolver al protagonista a la realidad. Small Axe 2 continua siendo una excelente muestra de cine político, aunque utilice para ello cauces distintos a los habituales.
Público
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