450 páginas
Disponible en ebook.
He entrado en La gran fortuna desde las primeras palabras, me he empapado en sus páginas, y tras haberla concluido, sigue creciendo en el recuerdo su serenidad, su lucidez y su inteligencia.
Nos encontramos en Bucarest, Rumania, en 1940. Acaba de comenzar la guerra y los burgueses exiliados en esta ciudad conocida entonces como el París de los Balcanes, mantienen una vida indolente, a la espera de como se desarrollarán los acontecimientos.
La voz principal, o más bien la mirada, será la de Harriet, la reciente esposa de un inglés que imparte clases en la universidad de esa ciudad, Guy. A su alrededor, un pequeño universo de personajes en el que la autora presta especial cariño al Principe Yurikov, el ejemplo más transparente de la decadencia. Pero todos, incluso aquellos que son sólo episódicos, son perfectos en su dibujo individual y en el conjunto que componen.
El paisaje que retrata Olivia Manning es el de una sociedad caduca y cansada, una Europa que parecía haberse agotado a si misma por culpa de un estrato social que se había acomodado en la desidia, en una pereza que surgía de la confusión sobre cual era el camino que debían de seguir, en la parálisis que también tenía mucho de miedo. Europa se estaba ganando a pulso el sobrenombre de Viejo Continente, y ese era el escenario perfecto para que el mal campase a sus anchas.
El dibujo es perfecto y delicado, de colores suaves y trazos firmes pero nada agresivos. Palabras como serenidad, templanza, ligereza... encajan a la perfección con el tono de esta ciudad, un lugar que parece único entre velos. Anacrónico y brillante, vital y apolillado. Sus pequeños detalles que conforman la vida de los exiliados, tan recurrentes como vacíos, las costumbres en ocasiones bárbaras de los nativos.
Y con Harriet, aprendemos a descubrir, desde cierta distancia, a conocer a las personas, incluso a aquellas a las que, como su marido, creía conocer mejor. La complejidad de su relación, de la necesidad de esta joven de entender el mundo y ubicarse en algún sitio, de entender de verdad que la vida es esa gran fortuna.... todo ello conforma una novela de una riqueza íntima arrolladora y que tiene, entre otras virtudes, la de parecer sencilla.
La gran fortuna es una obra preciosa con el aire de los clásicos. Capaz de emocionar y hacernos pensar sin olvidarse de entretener a sus lectores. Una de esas veces en que la literatura escribe sabiduría, y lo hace porque, más que nunca, maneja tal nivel de sinceridad que parece que es la verdad, la verdadera vida, lo que tenemos entre las manos.
He leído que hay mucho de personal en la inspiración del libro, no me extraña. También recuerdo que hubo una serie de televisión aunque no recuerdo haberla visto. Pero espero que Libros del Asteroide ( que excelente editorial ) inaugure con esta la publicación de la Trilogía Balcánica que sin duda seguiré.
Gracias. No se me ocurre otra palabra.
Público
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