NOVELA: EL CUERPO ( CEGADOR 2 ) de Mircea Cartarescu

 

Impedimenta

528 páginas

Disponible en ebook 

Entrar en las novelas de Mircea Cartarescu es como entrar en su mundo, un espacio diferente donde no existen las referencias y la imaginación es tan libre que permite cualquier salto, cualquier incorporación, cualquier giro.

Recuerdo haber dicho en casos anteriores, creo que en Solanoide y en Cegador 1, que tenía la sensación de que, de poco en poco, el autor me expulsaba del libro. Primero me atrapaba y luego me atacaba, como si quisiese confirmar mi interés.

Sin embargo, en este caso, no sé porqué pero me siento más cómodo, como si hubiese aprendido a aceptar las normas del autor y ser capaz de avanzar por su territorio sin pretender entenderlo todo, comprender cada escorzo y saber lo que hay detrás tanto en narrativa como en intención. Lo importante es aceptar y disfrutar de esa lucidez absoluta y esa libertad mental, que como cualquier verdadera libertad, no tiene límites.

Cegador es un proyecto global en forma de trilogía. Una biografía personal, con extensiones al resto del mundo y la forma de un tapiz exuberante y colorista. En este caso, Cegador 2, se centra, por decirlo de algún modo, en la infancia del propio Mircea, un niño que debe de descubrir que, más allá del mundo gris que le ha tocado vivir, de ese monolítico existir en un país comunista siendo parte de la masa, existe un universo que puede descubrir, donde sus referencias se multiplican en otras historias que explican y desarrollan un pasado de leyenda, y que convierten en una mixtura de sueños y destinos, el futuro.

El lenguaje de Cartarescu es único, esponjoso, abstracto y físico, preciso y precioso. Su estructura es plural y dúctil, con subidas y bajadas, y puertas que se abren y se cierran creando nuevos universos. Hay una niña que descubre unas alas, una legión de hombres estatuas y un bosque de sillones de dentista, hay una alfombra en las que una madre casi analfabeta escribe secretos de estado, hay unos edificios llenos de ventanas que a su vez están llenos de vidas tan grises como las paredes de esos lugares.....

Es , lo he dicho, un mundo singular y diferente, o, en cualquier caso, una forma diferente de interpretar y contar el nuestro. Es literatura en estado puro, siempre que entendamos la literatura como una forma de transformar la realidad, de retratarla o incluso, en casos tan radicales como este, de crearla.

He ido subiendo en mi relación con Cartarescu. Creo, francamente, que es uno de los autores vivos más relevantes con los que hoy día podemos encontrarnos. Quizás en ocasiones me pierda dentro de sus historias o no sepa como he llegado a ellas, y no pueda contar de forma coherente lo que él nos cuenta. Da igual. Sé que entro en un mundo mágico poblado de palabras que son creadoras de imágenes, fabuladoras, urdidoras de historias.... es una experiencia que sólo los elegidos nos pueden regalar.

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