Directores.-
Chris Van Dusen. Sheree Folkson. Alrick Riley. Julia Anne Robinson. Tom Verica.
Intérpretes.-
Phoebe Dynevor. Rege Jean Page. Golda Rosheuvel. Jonathan Bailey. Luke Newton. Luke Thompson. Claudia Jessie. Nicola Coughlan. Ruby Barker. Sabrina Barlett. Ruth Gemmell. Adjoa Andoh. Polly Walker. Bessie Carter. Harriet Cains. Jason Barnett. Joanna Bobin. Kathryn Drysdale. Jessica Madsen. Ben Miller. Ruby Stokes. Molly McGlynn. Martins Imhangbe. Julian Ovenden. Ned Porteous. Joseph Macnab. Freddie Stroma. Sandra Teles. Jamie Beamish
Duración.-
8 capítulos- 60' c.u.
Netflix
Desconozco las novelas en las que al parecer se basa esta serie. Deben de ser una mezcla entre una Corin Tellado pasada por las sombras de Grey y Jane Austen. Como también desconozco la fecha de publicación, no se si el parentesco de la trama de Gossip Girl nace en sus páginas o a la inversa. En cualquier caso, comento esto para decir que no puedo saber lo que la serie ha incorporado. Desconozco si las dosis infinitas de extravagancia y disparate que nos ofrece esta disfrutable propuesta era invención de su autora o se la debemos a guionistas y productores.
Porque si bien Los Bridgeton es bastante gozosa, lo cierto es que hacía tiempo que no veía una locura tan imprevisible y atrevida. O quizás sea eso lo que la hace especial si aceptamos sus premisas.
La trama se centra en Londres, en una temporada anual, cuando a través de diferentes fiestas y otros acontecimientos, las muchachas de la alta aristocracia tendrán como objetivo conseguir una aceptable proposición de matrimonio. Esto que podría parecer banal, se conforma alrededor de estrategias que implican a la propia monarquía, pueden hacer caer familias enteras y necesitan de un trazado maestro para adaptarse a las imprevisiblemente cambiantes circunstancias.
La línea principal de la narración es la historia de amor entre dos de sus personajes, pero no por eso olvida los secundarios, creando un tapiz bastante amplio. Al mismo tiempo, una pluma anónima surgirá para convertirse en juez y castigo de esa sociedad.
El primer choque se produce en los decorados. Londres. Pero un Londres propio de una atracción de Disney, lleno de colores brillantes, de cerezos en flor y de sol, donde apenas llueve si no es para enfatizar las escenas de amor. Lo segundo, por supuesto, es la mezcla racial de sus protagonistas a todas las escalas. Hay una explicación derivada, nada menos, que de que el Rey Jorge se hubiese casada con una mujer de color, posibilitando la integración, pero lo cierto es que nunca se había visto una propuesta tan atrevida en lo que se refiere a ruptura de la segregación. No digo que no cueste al principio dejar la historia de lado, pero luego uno se encuentra en un escenario tan diverso que divierte.
Sin analizamos el texto en si, no está lejos de Jane Austen aunque elevando las dosis de erotismo explícito. Hay heroínas adelantadas a su tiempo que, de todas maneras, no dejan de creer en el amor, hay duques misteriosos con secretos escondidos, hay familias viviendo por encima de sus posibilidades...
Pero lo que de alguna manera convierte esto en especial, es la sublimación absoluta y rupturista. Nunca se vio nada tan estéticamente romántico, al borde del ridículo si se quiere, pero tampoco, como escribí antes, nada tan atrevido.
Y además entretiene.
Tiene pinta de que habrá siguiente temporada. La espero con curiosidad aunque me temo aunque me temo que puede llegar a empalagar. En fin, un poco de placer culpable......
Público
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