TEATRO: LA MÁQUINA DE TURING de Benoit Soles

 

Dirección.-

Claudio Tolcachir

Intérpretes.-

Daniel Grao. Carlos Serrano

Hace unos años, The imitation game fue la película que nos llevó a todos a conocer al personaje de Alan Turing y su duelo intelectual con Enigma, el sistema de codificación creada por los nazis.

También se trataba su homosexualidad y lo que eso suponía en la Inglaterra de Churchill. Que un héroe que había podido ser clave en la victoria bélica, permaneciese en el absoluto ostracismo, daría para otra historia.

No recuerdo la película con esa claridad pero lo que me queda en el recuerdo es que la vida personal del protagonista estaba más enunciada que desarrollada, frente a su relación con Enigma.

Sin embargo esta pieza de alguna manera, hace lo contrario, lo que le interesa al autor es la construcción del personaje, en especial en sus últimos días, y en especial en lo que se refiere a su orientación sexual. Por supuesto hay referencias a Enigma existen, pero se quedan en viñetas en flashback. El resto es una construcción correcta de varias jornadas antes de su suicidio, en concreto, desde la denuncia que precipitó el final. 

Me sabe a poco, a muy poco. Tampoco la producción es destacable, Tolcachir apunta al principio y al final un guiño de metateatro que hace a Turing más entrañable, el decorado, utilitario, no me gusta demasiado. Las interpretaciones, eso sí, de aplauso, en especial la creación de Daniel Grao.

El resultado me parece más bien un homenaje, tal vez una reivindicación sobre la injusticia de la discriminación. Podría haberse hecho también por ejemplo con Oscar Wilde sin que fuese muy diferente.

La verdad es que la vida de Turing tiene perfiles apasionantes. Lo son sus teorías sobre la inteligencia artificial y su aventura con Enigma. También me gustaría una historia más detallada sobre el silencio del genio y su vida escondida. Espero que llegue algún día. Por ahora sólo he tenido bocados para generarme el hambre, correctos, pero incompletos.

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