SERIE: THE CROWN- TEMPORADA 4 de Peter Morgan

 

UK 2020

Directores.-

Benjamin Caron. Paul Whittington. Julian Jarrold. Jessica Hobbs. 

Intérpretes.-

Olivia Colman. Tobias Menzies. Helena Bonham Carter. Josh O'Connor. Gillian Anderson. Emma Corin. Marion Bailey. Erin Doherty. Stephen Boxer. Emerald Fennell

Duración.-

10 episodios. 50' c.u.

Netflix

No sé si esta temporada de The Crown será la última o sus creadores seguirán avanzando en su reconstrucción de la historia de los últimos años de Inglaterra utilizando como columna vertebral a su principal institución. Lo que sí tengo claro, es que era la que despertaba mayores expectativas: por un lado, iba a aparecer Diana Spencer, uno de los personajes más controvertidos e influyentes de la nación, y por otro, se iba acercando cada vez más a la actualidad, a lo que muchos habíamos conocido. Otros personajes como Margaret Tatcher y acontecimientos como la Guerra de las Malvinas, los habíamos seguido lo suficiente en las noticias como para tener nuestra propia opinión.

Pues bien, una vez concluida tengo que empezar diciendo dos cosas: por un lado la serie sortea perfectamente cualquier atisbo de curiosidad morbosa, y por otro, personalmente creo que es sin duda la mejor de las cuatro temporadas.

Siempre hay que hablar de la producción, que es ya impecable en cualquier serie inglesa, y de las interpretaciones, perfectas también siempre cuando se trata de actores británicos. En este caso, quiero destacar la presencia de Gillian Anderson como la Dama de Hierro, una creación a la altura de la que hizo Meryl Streep para la película. 

La elegancia en la narrativa es absoluta. No hay plano o momento en que no se integren con precisión la observación psicológica de los personajes con la grandiosidad del entorno.

Pero personalmente creo que lo que hace que esta temporada me guste tanto está en su escritura. Una vez más, el modelo es el mismo que en las entregas anteriores, cada capítulo se centra en un acontecimiento relevante y en como afectó y se comportaron los miembros de la familia, sin intentar la inabarcable tarea de escribir una biografía detallada de todos los personajes. La primera apuesta en este caso, está en abrirse más a una Inglaterra que no pasa por sus mejores momentos, algo muy claro en el episodio del hombre que se coló en el dormitorio de la reina, también en el que visita los sanatorios para enfermos mentales. The Crown 4 no es un cuento de hadas y el país no es es Narnia ni nada parecido. La realidad se afronta más que nunca, algo que ya hace tambalearse la fe ciega en la necesidad de la corona y presenta claramente su papel como icono de las desigualdades sociales.

Además, posiblemente podría decirse que estos diez capítulos son los más duros con algunos miembros de la familia real y de la institución en su conjunto. De hecho se ha abierto un debate, a mi entender bastante estéril sobre la veracidad de lo que se cuenta. Creo que no importan los detalles, lo que se plantea es esa pregunta tan frecuente cuando las monarquías optan por hacerse populares o alguien opta por entrar en su intimidad: si son personas como nosotros, porque tienen otros derechos y, sobre todo, porque asumen ese derecho como propio.

Yo no soy monárquico. Y sin embargo, no creo que la serie sea un ataque. Personalmente creo que refuerza la comprensión del personaje principal, la Reina Isabel, posiblemente la única que acepta hasta sus últimas consecuencias sus obligaciones como personaje. Otra cosa es que estemos de acuerdo con esas obligaciones o con su propia existencia, pero nunca se le podrá echar en cara no ser coherente. Como en la temporada anterior, Olivia Colman hace una interpretación fantástica para conseguir que detrás de esa institución, descubramos que hay un ser humano. Considero que esta es la temporada que nos asoma más y mejor a la verdad de este personaje, hasta el punto de poder empatizar con él.

Por lo demás, cada uno sacará sus propias conclusiones, pudiendo quedarse en la anécdota o intentando ir más allá. Por mi parte creo que funciona fantásticamente como ficción, pero también como crónica.

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