John Maguro. Orion Lee. Toby Jones. Even Bremmer. Scott Shepard. Gary Farmer. Lilly Gladstone
Por entorno y referencias, deberíamos de pensar que First Cow es un western. Eso sí, un western desmitificador del género, como hacía por ejemplo la fantástica Los hermanos Sister.
Y posiblemente no haya nada tan desmitificador como la realidad. En este paisaje del oeste no hay héroes ni grandes hazañas. Hay hombres sucios, ancianos muchos de ellos viviendo poco menos que en cuchitriles sucios y con una moral cuestionable.
El retrato de Reichardt es preciso y muy rico. Pero además nuestro "héroe" no es un pistolero sino un cocinero y, sobre todo, igual que se planteaba Dostoievski en El Idiota, la directora se propone presentar a un hombre esencialmente bueno.
Cookie, así se llama, es un poco torpe, ingenuo, y bondadoso. Le regalan una música que resulta tan descriptiva como sus propias acciones. Asume el rechazo de los demás y no por ello deja de ayudar a los necesitados y de hacer lo correcto, sea esto darle la vuelta a un lagarto para que pueda caminar o esconder a un chino fugitivo.
Precisamente el núcleo de la narración se estructura alrededor de la amistad de esos dos personajes, el oriental y Cookie. En concreto, a sus pequeñas tropelías para salir adelante, relacionadas con esa primera vaca del título, propiedad del patrón del fuerte.
Dentro del realismo sucio, y más en este género, es difícil casar la palabra ternura, y sin embargo, en este caso, es el sentimiento que empapa toda la película. Ternura hacia ese buen hombre, hacia esa amistad y ternura, por parte de la directora, hacia sus personajes.
Ese final que nos hurta el dolor, y su encaje con el prólogo, es un regalo a ellos, además de elevar la cinta al nivel de homenaje hacia esas personas que, ni en las peores circunstancias pierden su humanidad.
First Cow es magnífica, hermosa desde un punto de vista íntimo. Delicada en su desarrollo y en su caligrafía, hecha de la atención a los detalles. Probablemente, como decía al principio, pueda hablarse de desmitificación, pero siempre en una línea de redención y de reivindicación. No todo iban a ser pistoleros.
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