TEATRO: JUICIO A UNA ZORRA ( Escenario 0 ) de Miguel del Arco

 

Dirección.-

Miguel del Arco. Clara Roquet.

Intérprete.-

Carmen Machi

HBO

Helena de Troya, la mujer más hermosa del mundo, es, junto con el  caballo, lo más conocido de la famosa guerra. Ni los héroes que lucharon hasta la muerte, ni los dioses que interfirieron. En la mitología popular, los referentes son esos dos.

Es Helena la que se presenta ante nosotros. Ya no tan bella, visiblemente cansada, y dispuesta a someterse a juicio siempre que se le permita contar su historia.

Es consciente de que es un mito. Y lo único que pide, que ironía, es dejar de serlo. En un mundo donde la fama y la eternidad son uno de los objetivos más preciados para la mayoría, esta mujer herida sólo quiere que la olviden.

Miguel del Arco nos ofrece un texto donde desgrana esta historia, este cuento cruel, desde una perspectiva que nunca habíamos recibido. Y desde ahí, hay dos temas que se convierten en un mensaje contundente: la agresión a las mujeres a lo largo de la historia y el horror de la guerra. La crueldad es tan cercana que aterra, sobre todo al entender que no está lejos de muchas de las noticias que hoy día recibimos.

Es difícil no engancharse a este relato que es capaz de acercar un tema clásico a la actualidad, hacérnoslo comprensible y exigiéndonos tomar partido. Está lleno de amor, de sabiduría, de respeto hacia los perdedores. Porque al final, para él, Helena es una perdedora, por mucho que haya conseguido lo que muchos anhelan: no era lo que ella hubiese deseado.

No había visto la obra. Error, porque es un texto excelente. Escenario 0 lo presenta, al igual que ocurría con Vania, como algo más que teatro filmado. No puedo comparar con el original en las tablas pero esta propuesta es fantástica. Todo sucede en un bar decadente, rodeada de personajes que podrían ser dioses caídos y condenados. La cámara eleva el nivel de la interpretación de Carmen Machi, podemos percibir cada uno de sus gestos, su dolor y su ironía. No nos cuesta entenderla, comprenderla, quererla. Ella es el centro de la representación, para siempre. Creo que, a pesar de una carrera rica, siempre se le recordará por este personaje.

La posibilidad de abrir las puertas regala además ese hermoso final, esa salida a la luz donde mirar cara a cara al cielo y desnudarse en su última frase. Ya no hay arrogancia ni ironía, sólo la sabiduría de la experiencia.

Que hermoso espectáculo, una visión del alma en la que podemos reconocernos. Que compleja hacemos la vida, que sencillo si entendiésemos que lo único que merece la pena, al final, es haber vivido y haber amado.

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