Jim Parsons. Zachary Quinto. Matt Bomer. Andrew Rannells. Charlie Carver. Robin de Jesús. Brian Hutchison. Michael Benjamin Washington. Tuc Watkins
Netflix
No conozco el original, ni la obra de teatro ni la película de William Friedkin. Sé que en su momento, finales de los sesenta, tuvo que ser sin duda un mazazo. De hecho leo que dentro de la comunidad gay en EEUU se considera un hito, un paso valiente hacia la visibilización. 50 años después, se reestreno en Broadway con carácter casi de homenaje y mucho éxito, Tony incluido, tanto que se decidiò filmarla de nuevo con ese mismo reparto.
Es interesante pensar en la obra con esa diferencia temporal. Cuando se estreno, la homosexualidad era todavía considerada como una tara, algo despreciable que dejaba pocas posibilidades de definición: casi sólo el hombre en el armario o la loca exhibicionista. Crecer descubriéndolo debía de ser algo tan doloroso como traumático. No era difícil encontrar entre ellos tristeza, amargura, ansiedad, necesidad de afirmación o rechazo hacia si mismos.
The boys in the band habla, de forma descarnada, de ese dolor. Un grupo de amigos, gays todos ellos, se disponen a celebrar el cumpleaños de uno de ellos. Puede que sea la llegada de un visitante inesperado lo que hace de catarsis, o puede que fuese sólo una excusa y que con tanto dentro, cualquier encuentro sea de riesgo. Hay mucho latigazo, mucho insulto y mucha exposición de miserias. Agresividad hacia afuera para expulsar la que se esconde dentro. Poco a poco todos van desnudándose, hasta que al final Michael, aunque seguramente podría ser cualquiera de ellos, nos emociona con una absoluta y dolorosa sinceridad.
Como decía antes, la obra debió de ser un punto de inflexión en su momento. No sólo ofrecía una historia de homosexuales que no era comedia ni farsa, sino que invitaba a comprenderlos y empatizar con ellos. Han pasado los años. Sin llegar a la absoluta normalidad, sí es verdad que las cosas han cambiado y un homosexual no necesita odiarse a si mismo, siendo aceptado. Creo que esto no le resta valor, ni la deja en una obra de museo. Ver ahora The boys in the band, es acceder a un documento histórico que nos sirve para entender la actualidad y, especialmente, para tratar ciertos modelos con comprensión en lugar de con burla. Estos fueron los hombres que, luchando por su libertad, lucharon por la de todos, que de algún modo fueron héroes cuando les hubiese hecho felices ser hombres corrientes. Merecen un homenaje. Esa vertiente de homenaje también esta presente en este revival.
La versión que nos ofrece Joe Mantello asume su origen teatral, con algunas salidas al exterior para dar imagen a los recuerdos y dotar de cierta sensualidad la representación de los diálogos. Entiende que lo principal es la agilidad para que los intérpretes puedan realizar su cometido. Y ellos no le fallan. Vienen de la versión teatral y se les nota el manejo de los personajes, son perfectos, humanos, cargado de matices, y todos tienen su escena de brillo aunque algunos destaquen más que otros.
El resultado es una obra importante. Posiblemente no en el mismo nivel que entonces, pero no por ello menor. Nunca es bueno olvidar, y el cine, tiene, entre otras misiones, ser un perfecto guardián de la memoria.
Público
Comentarios