TEATRO: SMALL ISLAND de Helen Edmudson / Andrea Levy

Adaptación por Helen Edmundson de la novela de Andrea Levy.
Director.-
Rufus Norris
Intérpretes.-
Leah Harvey. Gershwyn Eustache Jr. Aislin Loftus. Amy Forrest. Sandra James Young. Keira Chansa. Trevor Laird. Jacqueline Boatswain. Shaquanh Crowe. CJ Beckford. Naley Jones. Chereen Buckley. Andrew Rothney. Beatie Edney. Stephanie Jacob. Adan Ewan. Cavan Clarke. David Fielder. Phoebe Frances Brown. Rebecca Lee. Paul Bentall. Johann Myers. Jonh Hastings. C J Johnson. Daniel Nordford. Shiloh Coke
National Theatre at Home.

La pequeña isla a la que se refiere el título es Jamaica.
Allí comienza esta larga historia y de allí provienen tres de los cuatro principales personajes de esta obra.
Todos ellos viajarán a otra isla, Inglaterra. y todos ellos se verán sacudidos de una forma u otra por la guerra.
También, por supuesto, tendrán que sufrir las miserias que dejó tras de si la contienda y el racismo, esa lacra que, ni siquiera el haber colaborado en el campo de batalla para defender la libertad del mundo, les ayudó a superar.
Small Island está adaptada de una, seguro, larga novela.
Y la adaptación, sin conocer el original, puedo decir que es magnífica.
Generosa en sus tramas y subtramas, es capaz de recorrer un largo periodo desde la niñez de sus personajes hasta la edad adulta. Lo hace creando escenas múltiples, muy eficaces, breves pero intensas, y con diferentes recursos que van desde las canciones hasta la interlocución directa de los actores con el público.
Es una obra de teatro novela, larga y plena.
Nos transmite esa sensación: la de una larga lectura en la que llegamos a conocer tanto a los personajes que vivimos con ellos sus dramas y sus alegrías.
Además, siendo un texto preferentemente dramático, no olvida el humor, que lo acompaña continuamente en perfecto equilibrio con el dolor, con lo que nuestra empatía es aun mayor. 
Es por lo tanto un ejemplo perfecto de traslación de las páginas al escenario.
Con esta base, la producción debería de ser exigente.
Lo es.
En un escenario ligero y dúctil, con pocos e inteligentes elementos, una gran pantalla y un evocador acontecimiento musical y sonoro, el director consigue el ritmo y la agilidad de una película, sin que en ningún momento se pierda el ritmo.
Además, con las coreografías y movimientos propios de un musical, se generan escenas totalmente inmersivas y muy bellas. Impactantes también como la del embarque de Gilbert rumbo a Inglaterra.
Es una gran producción, sin duda costosa, pero es uno de esos caso en que la inversión no puede estar mejor utilizada. No sólo en sus elementos sino también en el numeroso elenco entregado de una forma epidérmica a contarnos esta epopeya que termina en la esperanza.
Un gran espectáculo teatral, gozoso, inmenso, para conocer una etapa de la historia de estos hombres y mujeres que merece ser reivindicada.
Una joya.
Una vez más, el National Theatre nos regala una magnífica experiencia teatral. Volveremos a las salas. Mientas tanto, bienvenida esta fantástica oportunidad.

Público

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