Robert de Niro. Joe Pesci. Al Pacino. Harvey Keytel Anne Paquin. Stephen Graham. Bobby Cannavale. Ray Romano. Katherine Nanbucci. Jessie Plemmons. Jack Huston. Dominik Lombarducci. Jeremy Luke. Gary Barabara.
Mi madre, sabia, siempre dice que lo clásico no falla nunca.
Para ella, esa cualidad supone una mezcla de equilibrio, elegancia y honestidad, ninguna necesidad de epatar.
No creo que al hacer esa afrmación pensase demasiado en el cine.
Pero la verdad es que me alegra saber que mi madre y Martin Scorsese coinciden.
El Irlandés es una obra enorme. No sólo por su desmedida duración ( más de tres horas y cuarto ) sino por lo que abarca.
De nuevo, Scorsese se asoma al mal. A ese conjunto de hombres y mujeres capaces de vivir en el pecado de la falta de respeto por la vida, pero colocados en un lado ambiguo de la ley y la moral que los acepta y les da la categoría de ciudadanos.
A través de ellos, nos cuenta parte de la historia de su país, como un recordatorio de los pecados que son tantas veces responsables de los cimientos de una sociedad. Desde ese punto de vista, estas narraciones son cine histórico, aunque cada vez estén más cerca de nuestro siglo.
Una vez más, como ya había hecho en Uno de los nuestros, se interesa en contarnos su entorno cotidiano, ese día a día que viven con amigos y familia.
Sus personajes cuentan con una capa aparente bajo la cual se sumerge una trama feroz de lucha.
En este caso, un relato de amistades y obediencia, de fidelidad y dolor. De nuevo un relato de hombres.
Pero en este caso llega temporalmente mucho más lejos que otras veces. Desde el inicio, la cinta está teñida por la muerte. No sólo las que provocan ellos, sino la que se nos va informando que recibirán todos los personajes. Con esta información, vamos entrando en una atmósfera crepuscular, que culminará en la media hora final, tiempo de decadencia y olvido, en la que nuestros personajes se van a convertir en realmente humanos.
Scorsese utiliza sus habituales herramientas.
No necesita innovar. Como le habría gustado a mi madre, apuesta por lo clásico: contar muy bien una muy buena historia. Un narrador. Su película es lo más parecido a una novela que el cine ha dado en mucho tiempo. Y la mano firme y clara del maestro, nos la pone ante los ojos.
No hace falta más para hacer algo grande cuando se cuenta con elementos tan perfectos como este guion y estas interpretaciones.
Sobre la escritura, decir que lo principal es su capacidad para conjugar la acción con el intimismo. La historia está mostrada pero sobre todo, contada a través de los principales personajes y de sus conversaciones. Hay mucha palabra entre ellos y mucho sentimiento. Hay mucho susurro y mucha reflexión. Podría ser una película feroz y sin embargo, s reposada, casi tranquila. Quizás esto sea también referente de un Scorsese al que la edad ha hecho más reflexivo.
Con respecto a las interpretaciones, es un equipo ya conocido por el director.
No sé cuantas películas ha rodado con Robert de Niro. Aquí está titánico. Es Robert de Niro, Siempre. Pero también es Jack Sheeran. Es perfecto en su desarrollo, desde el macarra con deseos de crecer hasta el hombre que acepta su vida a pesar del dolor causado.
Al Pacino está perfecto en una creación que consigue otorgar una extraña ternura al sindicalista Jimmy Hoffa.
Pero en este caso, para mi la palma se la lleva Joe Pesci. Siempre se habla como un valor de las interpretaciones contenidas. En este caso, lo impresionante es todo lo que podemos adivinar debajo de cada uno de los mínimos gestos de este magnífico actor.
Como he dicho al principio, El Irlandés es una película enorme. Lo es por todo lo que cuenta y lo es porque el director, en tiempo de series, parece haber decidido que la duración nunca va a ser para el una limitación. Conseguir que más de tres horas resulten apasionantes y que no haya ni un momento de aburrimiento, roza la magia.
No sé si nos encontramos, como dicen muchos, ante la cinta definitiva del universo ganster. No me gustan por regla general esas definiciones. Lo que sí estoy seguro es que nos encontramos ante una de las grandes películas de los últimos años.
Un clásico.
Como le gusta a mi madre.
Público
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