Timothee Chalamet. Elle Fanning. Selena Gómez. Jude Law. Diego Luna. Liev Schreiber. Annaleigh Ashford. Rebecca Hall. Cherry Jones. Will Rogers. Taylor Black. Kathryn Leigh Scott. Kelly Rohrbach. Natasha Romanova. Jacob Berger.
Woody Allen, con puntualidad británica, sigue ofreciendo su película anual.
Desde hace varias, parece que el inicio de los comentarios sobre estas es siempre el mismo: ¿ se trata de una de las películas importantes o se trata de una película menor?.
Y otro lugar común, es que las opiniones son diversas.
Personalmente, valoré mucho algunas de sus últimas propuestas como Wonder Wheel, Cafe Society o Irrational Man.
Sin embargo, tengo que decir que la que ahora nos ocupa, Día de lluvia en Nueva York, no me parece que esté a la altura.
Los protagonistas son una pareja con romance universitario. Ambos bien situados económicamente pero en dos lados opuestos de la cultura.
Él, educado en la saturación cultural, tiene una actitud cínica ante la culturización impostada, sin renunciar por ello a aquellas fuentes que le tocan el corazón. Un poco decadente y un poco anciano prematuro.
Ella, no demasiado inteligente, sustituye con una ilusión infantil su ignorancia.
Un esperado fin de semana juntos en Nueva York, se convierte en un enredo que llega a rozar la pesadilla pero siempre dentro del humor.
Personalmente creo que Allen tiene algo de mago: sin saber como, en muchas ocasiones, en casi todas, consigue desarrollar una alquimia que convierte la pantalla en algo encantador. Es ahí donde se esplalla su humor inteligente y tierno.
El problema que tengo con esta propuesta es que esa alquimia tarda en funcionarme. En su primera media hora, más o menos, todo me suena a impostado, a meramente correcto. Sólo Timothee Chamelet aporta valor.
Pero bueno, llega Allen, y cuando llega, cuando recobra el pulso ( en mi caso ocurre desde la entrada en el MET más o menos ), consigue cotas importantes de buen cine.
Hay también un retrato de un Nueva York que, si bien sigue teniendo lugares tan encantadores como el piano bar, parece haberse convertido en una especie de parque temático social, donde los hogares se convierten en representación, escenario, de diferentes estilos de vida, desde la modernidad de diseño a la aparente aristocracia. Creo que Allen nunca nos había mostrado tantos interiores en ninguna de sus cintas.
En Día de lluvia en Nueva York no me molesta nada, o mejor dicho, me molesta, como siempre, que Woody Allen no nos regale otra obra maestra. Me he vuelto exigente con él.
Para muchos, sin embargo, esta es una comedia destacable.
Para mi, una comedia mona con momentos muy buenos.
Pero no pasa nada: habrá otra el año que viene.
Público
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