SERIE: LA CHICA DEL TAMBOR de Park Chan- Wook

UK 2018
BBC
Director.-
Park Chan-Wook
Intérpretes.-
Florence Pugh. Alexander Skarsgard. Michael Shannon. Clare Holman. Kate Sumpter. Michael Moshonov. Daniel Litman. Gennady Fleyscher. Alessandro Piavani. Lubna Azabal. Shlomo Bar Aba. Alexandre Beyer. Bethany Muir. Tom Hanson. Adel Bencherif. Iben Akerlie. Sam Troughton. Simona Brown. Max Irons. Shani Erez. Mark Stanley. Oulaya Amamra. Thomas Mraz. Jeremy Child. Shane Attwooll. Katharina Schuttler.
Duración.-
6 capítulos
60' c.u.
Basada en la novela de John Le Carre.

En mi familia tenemos una ligera fijación con Le Carre.
Junto con Emilio Salgari, es el escritor favorito de mi padre ( extraña pareja, lo sé ). Con la ilusión de quien comienza a leer seriamente y quiere, como en todo, emular a su progenitor, nos fuimos acercando de uno en uno. Ninguno sobrevivió. Nos sentíamos incapaces de no perdernos en tramas complejas y personajes que no terminábamos de entender si eran los buenos o los malos ( todavía estábamos en esos años ).
Supongo que cualquier psicólogo encontrará significado al hecho de que hoy día, cada vez que consigo entender una de sus tramas me siento un superhéroe. Me pasó con El Topo, la película de Alfredson, y todavía no sé si tiene el nivel de obra maestra en que la catalogo o es una valoración de mi autoestima.
Recuerdo que hace muchos años, en los ochenta, se estrenó una película de George Roy Hill basada en La chica del tambor. Incluso los más avezados en el género del espionaje avisaban: era difícil entender algo más allá de los títulos de crédito.
Resumiendo, me entrego a La chica del tambor ( serie TV ) como quien se enfrenta a un reto que no tiene muy claro que supere. Si bien, el hecho de que la dirigiese Chan- Wook me hacía sentirme al menos con una mano amiga.
Pues bien, la trama no es fácil. No lo es en cuanto a su propio contenido, tampoco en cuanto a la estructura. Pero lo más importante es conseguir entender la importancia del concepto de representación y traspasarlo. Es como cruzar el espejo de Alicia. Cuando eso ocurre tenemos la sensación de entrar en otra dimensión. En una narración mucho más melíflua en la que trabajamos con dos verdades, la que existe y la que creamos.
Saber el nivel de certeza que está bajo los sentimientos de la segunda es una de las adivinanzas más importantes que nos propone la serie, y lo hace ofreciéndonos como herramientas un grupo de personalidades que, por muy cercanas que se nos hagan, sabemos enfermas si atendemos a sus comportamientos.
La chica del tambor también nos habla del odio como motor, como un lugar donde quedarse. Y de alguna manera también nos habla del amor, aunque es difícil distinguirlo más allá que como un refugio.
La caligrafía de Chan- Wook es fantástica, optando por la fusión absoluta y continuada entre las dos realidades, la permanencia en el campo de la duda, pero también la colaboración con el público, dándole de vez en cuando alguna agarradera para que pueda seguir avanzando.
La estética ochentera de colores chillones y algunos movimientos de cámara, así como el uso estético de la arquitectura, nos coloca en un lugar fantástico, a un paso de la ciencia ficción. Posiblemente al director, como a nosotros, le cueste asumir que todo esto ha sido o podría ser cierto.
La chica del tambor, resumo, me ha gustado mucho. No ha sido fácil del todo entrar pero una vez dentro, no me ha costado apasionarme y quedarme totalmente enganchado.
Recomendable, por supuesto.
Pero ojo, lo he dicho al principio: a lo mejor en este caso no soy del todo fiable.....

Público

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