NOVELA: THE CLOCK WINDER de Anne Tyler

400 páginas
Ballantine Books
También disponible en ebook

Anne Tyler tiene la palabra "reloj" en el título de dos de sus novelas:
The clock winder, escrita en 1972 y El baile del reloj. La última publicada.
No sería ni siquiera una anécdota, si no fuese porque , buscando la segunda, compré sin ser consciente la primera. Y hasta que no llevaba más de media novela no fui consciente del error.
No sólo eso. Investigando sobre la que estaba leyendo, me encontré con unas declaraciones de su autora en las que decía no estar muy satisfecha de esta novela.
Pues bien. Extrañas coincidencias nos llevan a lecciones que no esperábamos:
Que nadie es buen juez de sus propias obras.
Que una pluma destacada, lo es desde sus primeros textos.
Que Anne Tyler, lo digo una vez más, tiene un bagaje literario que la haría clara merecedora del Premio Nobel de Literatura.
Cuando pienso en esta escritora de Baltimore, me vienen a la cabeza otras autoras que, en apariencia, son tranquilas amas de casa para las que la escritura parece ser sólo un entretenimiento. Que no destacan por su posicionamiento intelectual ni por su presencia en foros de opinión. Estoy pensando por ejemplo en Carol Shields o en Alice Munro. Pero sobre todo, viajando en el tiempo, estoy pensando en Jane Austen. Porque creo que Tyler es, sin duda su mejor heredera.
The clock winder comienza con lo que podría ser un modelo conocido: un extraño ( extraña ) se introduce en un entorno al que no está vinculada por ningún lazo familiar y termina convirtiéndose en un elemento imprescindible y distorsionador.
Hasta ahí las similitudes con, por ejemplo, Teorema.
Elizabeth Abbot es un personaje atípico pero no venenoso, y tampoco funciona como catalizador. Además, la autora elimina cualquier misterio y le da a su vida el mismo peso que al restyo, proporcionándonos toda la información necesaria.
Sencillamente se incorpora al devenir del resto.
Por lo que se refiere a los Emmersons, son una familia. Con todo lo que ello implica. Una comunidad plural muy heterogénea con la capacidad de estar juntos pero también de empujarse hacia el exterior. Con secretos que no lo son, sino simplemente vivencias y opiniones. Alrededor de una matriarca que se convierte en un personaje a estudiar en su riqueza de matices. La única diferencia frente a muchas familias que conocemos es precisamente que ellos protagonizan una novela.
Tyler expande una narración que en principio parecía iba a concentrarse, la abre hasta incorporar a todos y, una vez más, nos sorprende con su capacidad para dibujar personalidades en toda su amplitud, haciéndolas absolutamente humanas.
He citado a Jane Austen y es que, lo que convierte en especial la prosa de ambas, además de su elegancia, es la mirada. Una mirada llena de ternura y de humor, pero sobre todo, de sabiduría: con una sola frase, una metáfora inesperada, ambas autoras cuentan mucho más que otros en párrafos enteros. Y su pasión por contar la verdad en lo cotidiano. No hace falta grandes dramas ni torcer lo que ocurre. Sólo con verlo y contarlo es suficiente. Supongo que lo más difícil es alcanzar la distancia justa para no juzgar no mentir.
Que difícil parecer fácil.
La confusión inicial me ha llevado a una Anne Tyler primeriza. Para comprobar que ya estaba el genio.
Ahora perseguiré la segunda del reloj. Y todo lo que publique.
Desde que la descubrí con Breathing Lessons nunca me ha decepcionado.
Lo dicho: sería el Premio Nobel que más me alegraría.

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