CINE: EL BLUES DE BEALE STREET de Barry Jenkins

USA 2018
Kiki Layne. Stephan James. Regina King. Diego Luna. Pedro Pascal. Teyonah Parris. Colman Domingo. Brian Tyree Henry. Ed Skrein. Michael Beach. Emily Rios. Finn Wittrock. Dave Franco. Aunjanue Ellis. Faith Logan

Barry Jenkins dio la campanada hace unos años con Moonlight. Al margen de los Premios Oscar ( y a pesar de Warren Beatty..... ), fue una cinta casi unánimemente alabada por la crítica y que, en cualquier caso, sorprendió en su temática pero, sobre todo, en su narrativa.
Por un lado, había una estructura perfectamente organizada. Además, su vocación estética ponía cierta distancia en lo emocional, llevando la expresión de los sentimientos a una situación cercana a la abstracción.
El blues de Beale Street se basa en una novela en la que su protagonista narra en primera persona una hermosa historia de amor marcada por la injusticia de un racismo totalmente mimetizado con la sociedad americana de esa época.
El argumento no es desconocido. Un falso culpable y su mujer embarazada que, con la ayuda de su familia, hará todo lo posible para que pueda salir de la cárcel. Todo narrado por una voz en off que recuerda su origen literario.
Sin embargo Jenkins la hace suya, y lo hace en gran parte con las características que ya marcaban Moonlight.
Por un lado, hay una estructura marcada, entre flasbacks y presente, y también una concentración en el conflicto central, sin ningún asomo de dispersión.
En segundo lugar, la vocación estética de la que hablaba, con una búsqueda aparente de la poesía visual. Se alcanza muy a menuda, otras sólo hay belleza.
Lo más relevante es la abstracción a la hora de retratar los sentimientos. Y digo lo más relevante porque lo que más me gusta de la película son los momentos en los que se nos muestra el amor entre los dos protagonistas, con un romanticismo sin complejos.
El resultado es una película singular y hermosa. Una obra que en algún momento, hacia su tramo final puede pecar en algún momento de morosa, pero que nos envuelve, nos empapa. Hay que dejarse llevar, merece la pena.
En algún punto de este comentario, por supuesto he hablado de racismo, algo que también estaba presente en su película anterior. Por supuesto es un racismo doloroso y cruel, siempre lo es. Pero Jenkins no traslada la ira de un Spike Lee. En este autor hay, frente a una reacción de rebelión ante una lacra social, hay un foco en el sufrimiento individual de sus personajes, de aquellos que lo sufrían entonces, y para ellos, maneja la ternura. Ya conseguía que la sintiésemos hacia el protagonista de Moonlight, un traficante. Amar a estos dos es aun más fácil.

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