CINE: BURNING de Lee Chang- dong

Corea del Sur 2018
Yoo Ah In. Yeun Steven. Jung Jong-seo. Gang Dong-won. Seung Geun Moon

No soy un fan de Murakami ( autor del relato en que se basa esta película ). Es más, no me gusta nada.
Por otro lado, uno de los tópicos que menos comparto es el de "el libro siempre es mejor".
Desconozco el cuento de ese autor en que se basa esta película. Creo que son apenas trece páginas.
Con ese material, Lee Chang -dong, consigue crear una de las películas más enigmáticas, desasosegadoras y perfectas de la temporada.
De este director coreano llevábamos unos ocho años sin saber nada. Desde Poesía. Antes también habíamos podido disfrutar de Secret Sunshine.
Ambas son cintas densas, tranquilas, que se toman su tiempo. Muy sólidas desde el punto de vista narrativo y muy complejas en lo emocional.
En Burning se mantienen esas constantes. Sin embargo el naturalismo cotidiano da un giro.
En apariencia es un thriller.
Todo comienza con una delicada historia de amor de dos jóvenes casi al borde de la marginalidad, sujetos a trabajos precarios y fruto de familias desestructuradas.
Se conocen, se acercan, comparten sexo y momentos.
Él es un joven dedicado, en apariencia correcto. Ella una muchacha algo volatil, con un aura de ángel.
Todo va bien, hasta que, de regreso de un viaje a Äfrica, ella incorpora a un tercero en la relación. Un hombre rico, de otro nivel social que parece otro mundo. Un misterio, difícil comprender su  interés en la pareja.
A partir de ahí, tras una tarde compartida, una de esos capítulos cinematográficos difícil de alcanzar, en su extraña poesía y su grandeza, el misterio comienza a desarrollarse, puntuado de dudas que van desviando el enigma.
Burning no es una cinta de certezas.
Al contrario.
Es una de esas narraciones compuestas por el propio misterio, mucho más que por la resolución del mismo, que nunca llegará y que, la verdad, termina no teniendo importancia.
Puede pensarse de muy diferentes maneras y ninguna conclusión por la que nos decidamos está excluida, ni siquiera la de que todo sea sólo fruto de la ficción.
Para llegar hasta ese final ambiguo, el director nos ha guiado con pulso firme y levedad aparente por un camino de pistas tan sutiles como equívocas. Nos ha enganchado, nos ha comprometido.
Burning es una joya narrativa, tan indefinible como las llamas de las hogueras y tan apasionante como contemplar el fuego.
Una última nota sobre la distribución: para la mayoría de la crítica, esta es una de las películas del año. Y para la mayoría de interesados en nuestro país, ha sido casi imposible verla en pantalla grande. En Madrid se ha estrenado en los Golem y ha durado poco más de quince días. Por provincias supongo que ni se ha asomado. Es verdad que la forma de ver cine está cambiando. Nuevas propuestas. Pero también necesidad. No todo es culpa de las plataformas o la piratería. También hay hambre sana y no satisfecha. Punto para la reflexión.
Mientras tanto, Burning está ya en Filmin. Y merece la pena. Mucho. De lo mejor del año.

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