TEATRO: NEKRASSOV de Jean Paul Sartre

Director.-
Dan Jemmett
Intérpretes.-
Erenesto Arias. José Luis Alcobendas. David Luque. Palmira Ferrer. Miguel Cubero. Cremente García. Carmen Bécares
Teatro Abadía- Madrid

Estoy seguro de que cualquier persona que asista a la representación de Nekrassov que tiene lugar en el Teatro de la Abadía de Madrid, se hace la misma pregunta:
¿Pero de verdad Sartre ha escrito esto?
Sí, todos identificamos al filósofo francés con textos como La Nausea o A puerta cerrada, y con una visión del mundo con poco espacio desde el sentido del humor.
Increíble por lo tanto que suya sea una de las obras más divertidas que pueden en estos momentos verse en la cartelera.
Por lo visto Nekrassov se estreno y poco más. De hecho parece que nunca había llegado a nuestro país. Quiero pensar que nos encontramos ante un caso de prejuicios frente a la figura del autor, a quien podría perdonársele todo menos las carcajadas. Una vez más, la comedia no es un género valorado por la trascendencia.
Gran error.
Nekrassov comienza con un hombre salvado de las aguas. Un famoso estafador. También está el director de un periódico que debe de conseguir convertir su panfleto en un panfleto anticomunista que impulse el rearme alemán. Nos encontramos en París, en plena Guerra Fría. Pues bien, por un cúmulo de coincidencias, el estafador terminará convirtiéndose en Nekrassov, un ministro disidente soviético.
Como decía anteriormente, gran error no valorar este texto:
No sólo es fantástico y se atreve a derivar desde la comedia a la farsa si no que contiene una lectura que implica una crítica feroz de la sociedad de su época, de la volatilidad de la verdad y de la manipulación de los medios de comunicación. Una crítica posiblemente mucho más ácido que muchos artículos de prensa y ensayos, aunque se presente de otra manera.
Además, y esto es algo que no sé si se corresponde con la realidad o es sólo mi apreciación personal, el prólogo, esa escena entre el salvado y dos mendigos, contiene una importante autoparodia.
Dicho esto, el texto y la sorpresa que produce, se ven multiplicados por la excelente propuesta de Dan Jemmett.
El decorado es único, bonito, sugerente y decadente a un tiempo. Evocador. En él, los personajes, vestidos con gusto, permanecen presentes en prácticamente el desarrollo de todas las escenas. Demmet consigue algo tan difícil como humanizarlos al tiempo que los acerca a los muñecos de guiñol y los convierte en caricaturas vivas que beben y fuman sin parar, mientras coquetean con el espectador en un nivel sutil de metateatro y evolucionan en coreografías encantadoras y artificiales.
Un aire de decadente glamour.
También el de un vodevil.
Hacer que esos dos ritmos convivan.
Finalmente, no podemos olvidarnos de la interpretación, porque el nivel de complicidad de todos los actores con el proyecto es tal que es imposible no imaginarlos felices en su ejecución. Todos y cada uno de ellos hace una creación completa y compleja en gesto, movimiento, mirada.... Siempre es injusto destacar a alguien pero me cuesta no citar a Ernesto Arias.
Lo dicho: como resumen, Nekrassov es una absoluta gozada de más de dos horas que se pasan sin sentir.
Un fantástico espectáculo con mucho buen teatro dentro.
Uno de esas propuestas en que el Teatro de la Abadía hace pleno.
Y siempre puede decirse que uno ha ido a ver a Sartre,,,,

Público     



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