CINE: UN DÍA MÁS CON VIDA de Raul de la Fuente y Damian Nenow

Polonia/ España 2018
Animación

Tengo que reconocer que llego tarde a Un día más con vida.
No era una película que en principio me interesase. Desconocía a su personaje principal, el reportero de guerra Kapuscinski. Las críticas no eran malas pero tampoco importantes. Sólo el favor del público ( ver valoraciones en Filmaffinity ) parecía ser sostén en la cartelera, pero lo cierto es que me impresionó lo que estaba durando.
Una de esas ocasiones, pues, de hacer caso a la "sabiduría popular".
Y no me arrepiento. Ni mucho menos.
Siempre me han gustado las películas de animación, su textura y su plasticidad.
No se si es un remedo de la infancia. Lo cierto es que me cuesta menos sentirme dentro que en las de imagen real.
El género de animación para adultos parece todavía algo menor. Por eso es sorprendente que sea este el elegido por los autores para una historia tan dramática, aunque sea mediante la rotoscopia que impregna las imágenes de mayor realismo.
Kapuscinsky es al parecer un conocido reportero de guerra y sus aventuras han quedado reflejadas en sus libros. Esta cinta se basa en uno de ellos,la que le llevó a ser parte de la lucha de Angola por su independencia.
La odisea se inicia con su llegada a Luanda  en un momento en que el país se ha convertido en un campo de batalla para los contendientes en la guerra fría. Su pasión por conocer la realidad le llevará camino del sur a buscar al General Farrusco, un remedo real de aquel que dibujó Conrad en El corazón de las tinieblas. El viaje estará lleno de horror, pero también de esperanza. Y concluirá en un dilema que dará sentido a su vida.
Lo más llamativo de  Un dia más con vida ( al margen de su fantástica apariencia visual ) no es que mezcle animación con imagen real, sino que mezcle narración con documental. Que los fusiones tan bien. La ficción de completa con imágenes evocadoras de un país único y también con imágenes tomadas entonces. Además, los supervivientes recuerdan desde la actualidad lo que significaron aquellos momentos, dotando de alma al brillo de las imágenes.
Puede echársele en cara cierto esquematismo a la hora de tratar el conflicto, en poco más de una hora y quince minutos, pero consigue en ese tiempo dotarlo de emoción, y hacer un homenaje a aquellos que dieron su vida por algo que merecía la pena.
Al final, queda abierto un debate, supongo que mucho más hondo para los profesionales del periodismo, que tendrán que decidir si en ocasiones es más importante que contar la realidad, intervenir para cambiarla.
A mi me deja la visión de una excelente película y la seguridad de que los seres humanos en ocasiones pueden aspirar a la grandeza, como la bella Carlota.

Público

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