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No es la primera vez que los Cohen van al oeste.
Lo hicieron hace unos años con Valor de Ley, un western evocador, una cinta perfecta que recuperaba el mejor sabor del género toda su esencia, envuelta en un precioso tono de nostalgia.
La Balada de Buster Scruggs es otra cosa.
Para empezar no es un relato, sin cinco, que salen de las páginas de un libro. Salvando las distancias, puede recordar el planteamiento de Pulp Fiction de Tarantino.
Por hacer una comparación literaria muy básica, que ayuda a posicionar la cinta que nos ocupa, digamos que Valor de Ley era una novela y La Balada... es un cómic.
Ojo, no es un planteamiento negativo. El cómic hace mucho que ya ha dejado de ser considerado un género menor y los Cohen ya han demostrado en varias ocasiones que pueden adoptar ese tono sólo en apariencia superficial, al tiempo que brillante, ágil y eficaz.
El primer relato, entra directamente en la parodia, a través del personaje de un pistolero que habla directamente a cámara. Sin que se establezca como tal, esta capítulo parece un prólogo, igual que el último, también diferente al resto en cuanto a modelo narrativo, podría ser el epílogo.
Entre ambos, un conjunto de historias que recorren diferentes tipos y situaciones del género: el pistolero, el asalto al banco, la caravana, el buscador de oro.... y, además, unos paisajes que engrandecen aquellos que tantas veces hemos visto.
De todas maneras, el aspecto que convierte en singular esta propuesta es el humor que siempre parece irrumpir en ellas, cuando el desarrollo ( salvo tal vez en la segunda ) no lo anuncia. Es un humor que entronca con el absurdo, por un lado por marcar una distancia que quita grandeza a esas costumbres y les da el tono de trasladarlas al día de hoy, por otro, creando contrastes en situaciones inesperadas.
El resultado general tiene la singularidad que siempre puede esperarse de las propuestas de los Cohen, es gozosa y divertida.
Es inteligente y está muy bien escrita.
Supera el desequilibrio que muchas veces se encuentra en las cintas episódicas ya que aquí todos los capítulos están a la misma altura.
Pero además, maneja y extiende una preciosa nostalgia no sólo por un género, sino también por una forma de contar, por unos personajes enteros, fuesen vaqueros o piratas, por una mitología de sueños.
Público
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