TEATRO: WEST SIDE STORY de Bersnstein/ Laurents y Sondheim

Director de escena.-
Federico Barrios
Director musical.-
Gaby Goldman
Intérpretes.-
Javier Ariano. Talía del Val. Silvia Álvarez. Victor González. Oriol Anglada. Armando Pita. Enrique R. del Portal. Diego Molero. Carlos Segui. Javier Santos. Miguel Angel Collado. Ernesto Figueras. Axel Amores. Nil Carbonell. Ana Escriba. Kristina Alonso. Julia Pérez. Beatriz Mur. Joana Quesada. Jan Forrelat. Fran Moreno. Daniel Corbacho. Jose Antonio Torres. Miguel Angel Belotto. Adrian García. Luciana de Nicola. Lucia Ambrosini. Teresa Abarca. Ana Acosta. Belinda Henriquez.

Gracias al cielo lejos quedan los tiempos en que producir musicales en España era un verdadero ejercicio de voluntarismo.
Empeño de unos locos maravillosos muy viajados que hacían lo posible por poner en pie espectáculos como los que veían en Londres y Nueva York, aquí en escenarios inadecuados de tamaño y acústica, con mínimos recursos económicos, elencos sin experiencia en el género y un público curioso.
El resultado en algunas ocasiones rozaba el bochorno, otras simplemente era mediocre. Pero detrás de ellos estará siempre el mérito de la persistencia para llegar a crear una cultura que ahora, muchos años después, respira con naturalidad en los teatros de Madrid.
El Rey León, Anastasia, Billy Elliot..... sin duda muy buenos productos. Pero está bien que no perdamos la visión histórica. West Side Story es, con respecto al género musical, lo más parecido a teatro de repertorio.
Un clásico entre los clásicos.
No sólo lo es su historia, ese Romeo y Julieta trasladado al Nueva York de los cincuenta. Y su música con canciones como América y María; También a generado elementos icónicos como ese cartel rojo con las escaleras de incendios, o la silueta de los bailarines.
Para lo bueno y para lo malo, muchos conocen la película, y muchos han visto diferentes versiones.
Pues bien, lo que se nos ofrece en el Teatro Calderón de Madrid podría considerarse una versión de cámara perfectamente solvente en un escenario un poco reducido, lo que también limita la grandeza e algunos números. En este sentido, echo de menos más festividad en el de América, donde, en este caso, no participan los hombres. También podría pedirse una mayor profundidad dramática, donde parece que el máximo esfuerzo está en la eficacia de música y danza.
Pero lo importante es que hay profesionalidad y respeto, y que es una versión que podría verse en cualquier sitio.
No tengo nada, e incluso disfruto, de los musicales modernos, pero volver a los clásicos siempre es bueno, muy bueno, porque lo son por muchas razones.

Público

Comentarios