Director.-
Larysa Kondracki.
Michael Rymer.
Amanda Brotchie
Intérpretes.-
Natalie Dormer. Lola Bessis. Lily Sullivan. Harrison Gilberston. Emily Gruhl. James Hoare. Madeleine Madden. Johny Pasvolsky. Yael Stone. Samara Weaving. Bethany Whitmore. Kaarin Fairfax. Roslyn Gentle. Aaron Glenane. Nicholas Hope. Sibylla Budd. Mardi Edge. Ines English. Roby Favretto. Dan Haberfield. Jodi Haigh. Anna McGahan. Julie Nihill. Stephen Ballantyne.
Cosmo TV
Duración.-
6 capítulos
50' c.u.
La película que llevó a Peter Weir al reconocimiento internacional, antes de Gallipoli, fue Picnic en Hanging Rock. La historia se basaba en el suceso real, acaecido en 1890, cuando cuatro muchachas desaparecieron en un idílico paisaje australiano. Con acento bucólico, el director era capaz de moverse en la ambigüedad del misterio, con un discurso vaporoso que remitía al despertar de la adolescencia. La recuerdo como interesante y no sé como habrá envejecido.
Ahora, se nos ofrece una serie de televisión de seis capítulos sobre el mismo suceso. Quizás más atrevida en sus derivaciones sexuales. La primera pregunta es ¿ la historia da para tanto?.
El nuevo proyecto cambia de tono.
Ahora, aunque lo esencial siga siendo es despertar, muy unido al descubrimiento de una sexualidad diferente y, sobre todo , a la necesidad de libertad frente a un entorno tan estricto como hipócrita, lo que predomina es el ambiente gótico. La directora del colegio, cuya primera aparición es tan icónica como fantasmal, se convierte en un personaje malvado, con un pasado terrible y una absoluta falta de escrúpulos.
La historia, se centra en la desaparición, por supuesto, pero se mueve en ondas expansivas que implican a otros personajes, posiblemente contagiados por lo que podría haber sido una duda hacia la verdadera libertad. También se mueve en el tiempo, transmitiendo información dosificada sobre aquellos sucesos que podrían dar datos para interpretar lo ocurrido.
En cualquier caso, la propuesta tiene, a mi entender, varios problemas.
En primer lugar, volvemos a la pregunta inicial que nos planteábamos ¿ da para tanto? no. La serie está hinchada, se vuelve reiterativa y hay imágenes que, aunque desde diferentes perspectivas, tenemos la sensación de que se repiten hasta la saciedad.
En segundo lugar, hay cierta dispersión de tono que, en los primeros capítulos, tiene un sesgo de modernidad que me parece discordante.
Y, por último, la insistencia en resaltar el tono de misterio, llega a cansar, tanta música determinante, tanto enfoque nublado, tanto escorzo.
Esta versión televisiva tiene valores. Mantiene el interés y la intriga, se mueve en ideas interesantes. También son muy buenas las interpretaciones ( aunque tengo un problema con Natalie Dorner cuya expresividad me parece en ocasiones caricatura ).
Es sólo un problema de tono e intervención. Al público hay que intentar dirigirlo menos. La densidad de la propuesta, su deseo de envolver, es tan fuerte que en ocasiones incluso se pierde el peso narrativo.
Veo esta serie, o la vería, como una de esas propuestas más reducidas , no más de tres o cuatro capítulos, con el sano objetivo de fomentar la parte oscura del relato y convertirla en una propuesta gótica de terror. Estoy seguro de que sería mucho más eficaz y funcionaría mucho mejor.
Como está ahora, repito que tiene valores, pero el conjunto pesan mucho las objeciones hasta el punto de que podría considerarse una propuesta fallida.
Público
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