450 páginas
También disponible en ebook
Morir no es lo que más duele, es una novela negra de género.
Claramente.
Con independencia de la trama y su desarrollo, de la que luego hablaré, la obra se mueve dentro de las coordenadas y los lugares comunes de las de este tipo, y lo digo positivamente.
Hay un crimen que desencadena todo. Un crimen de difícil explicación.
Hay un policía protagonista, directamente involucrado en el caso, con una vida compleja. Hay una colección de personajes a su alrededor, todos ellos con su propia historia, perfectamente desarrollados. Y hay un pasado oscuro, muy oscuro, preparado para salir a la luz.
También hay un malo muy malo. Creo que en otras entradas he referido ya la frase de no recuerdo quien ( ¿Hitchcock tal vez?) sobre que una historia negra valía lo que valía el antagonista. En esta, el culpable está a un alta nivel de maldad, tanto que su entidad e historia trasciende el caso que nos ocupa.
Con todo esto, Morir no es lo que más duele es una novela muy muy entretenida, capaz de atrapar al lector que, por otro lado, deberá de acostumbrarse a que la tensión creada conviva con una narrativa completa que no evita descripciones internas y externas. Lo que me resulta más interesante como recurso narrativo es su capacidad para fluctuar entre un personaje y otro, dándole continuidad y ligereza.
Como dije antes, todo comienza con un ahorcado y sus ojos desaparecidos, envolviendo a una mujer que vive en una absoluta fragilidad psicológica. A partir de ahí, cada descubrimiento llevará a un paso más en el camino del horror.
Podemos pensar en cierto nivel rocambolesco en el desarrollo de la ficción. Hay posiblemente coincidencias excesivas y alguna trampa ( esas escuchas ). Pero repito, como entretenimiento es infalible.
Sí. Le falta la grandeza que convirtió este género en un clásico, pero no todas las buenas obras son obras maestras.
A disfrutar sin complejos.
Público
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