Hasta el 4 de noviembre
Disney y su imperio, fueron sin duda uno de los objetivos incuestionables de la progresía imperialista y de la madurez más superficial.
Renegar de sus historias y productos es casi una obligación para cualquier cultureta.
Como todas las confusiones de intento ideológico, no sólo es una tontería sino que les hace perderse muchas cosas.
Por un lado, la diversión que nos regalaron y siguen regalando, sus películas.
También su capacidad de resucitar y popularizar cuentos y leyendas, historias de siempre que han contribuido a hacernos receptores, a convertirnos en público, en oyentes, a conocer personajes y tramas que han pasado a formar parte de nuestra hoja de ruta. ¡ Se me olvidaba! resulta que la Factoria Disney edulcoró muchas de las aristas que presentaban los originales..... ¿ de verdad es eso una crítica seria? me parece el equivalente a hablar de la densidad del guion de las películas de 007, por poner un ejemplo.
Quien rechace a este equipo, a este grupo de creadores, se perderá una estética artísticamente muy cuidada, fresca, colorista. Vital en su creación de personajes, delicada en los entornos. Capaz de ponerle forma y color a la magia y a la ilusión.
De, como dice el título de la exposición, utilizar el arte para contarnos historias.
CaixaForum plantea una exposición que parte del reconocimiento y la admiración por la obra y por la creatividad de un mundo singular.
Lo importante es el resultado.
La muestra está estructurada en cinco grupos en función de los contenidos:
Los Mitos.
Las Fábulas.
Las Leyendas
Los Cuentos Norteamericanos.
Los Cuentos de Hadas.
En primer lugar es importante señalar que, en la limitación necesaria por la gran capacidad productiva del estudio, hay más material desconocido que el común, es decir aporta novedades. Como referencia, por ejemplo, el capítulo de Cuentos Norteamericanos es para mi totalmente nuevo y me transmite una belleza vinculada más que nunca a la naturaleza, sorprendente y vocacionalmente grandiosa.
Por supuesto, todos podemos echar de menos alguno de nuestros favorito, quizás en mi caso La Bella y la Bestia, pero a cambio, descubro por ejemplo, El Flautista de Hamelín y El Soldadito de Plomo, y naturalmente están La Bella Durmiente, Frozen, Hércules .... y muchos más. Todos ellos, a través de documentos del proceso creativo y paisajes maravillosos que servirían de escenarios. Importante poder ver, por ejemplo, los pasos que llevaron a una creación tan incomparable como Maléfica.
Pero además, el montaje es divertido, tan creativo como el contenido y complementado con filmaciones que ponen en movimiento los fantásticos bocetos que llenan las paredes.
Es para mi importante que CaixaForum, institución que admiro y visito a menudo, se decida por elevar a Walt Disney al nivel de autor, otorgándole ese aura que tantas veces se le ha negado.
Es una experiencia fantástica, divertida, vibrante.
Alguien me dijo que la visita era regresar el niño que llevamos dentro. Vale. Pero no hace falta ese viaje. Disney consiguió que como adultos pudiésemos disfrutar, gozar, de esas historias. siempre que fuésemos capaces de asumir, entender que la madurez está en otro sitio. Y actuar en consecuencia. Sin complejos.
Yo le debo mucho a este creador y sus secuaces.
Ni me cansaré de decirlo ni me supondrá ningún complejo.
Y en CaixaForum he sido feliz. Recomendable a todos.
Público
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