NOVELA: CUANDO SALE LA RECLUSA de Fred Vargas

Siruela
408 páginas
También disponible en ebook

Tengo problemas en mi relación con Fred Vargas.
Aclamada por todos los amantes del género policiaco, yo me acerqué a ella varias veces sin conseguir engancharme.
Creo que fue El Ejercito de las Sombras, la novela que me llevó a dudar de mi rechazo, creí que era el principio de una relación que iba a cambiar.
Y sin embargo ahora, cuando la autora ha sorprendido , al menos a mi, consiguiendo nada menos que el Premio Princesa de Asturias.... tengo que reconocer, de nuevo, que nuestro amor es imposible.
He leído que se califica Cuando sale la reclusa como su novela más compleja y más lograda.
No me cabe duda de que hay en ella un trabajo ingente de investigación y una labor de ingeniería a la hora de ordenar sucesos, de proporcionar datos, de mantener la tensión.
También soy por supuesto capaz de apreciar su buena literatura, su lenguaje hermoso y preciso.
Pero me pierdo.
Fred Vargas es para mi como una pintora barroca hasta el exceso, capaz de acumular referencias hasta el máximo posible. De convertir sus obras en recreaciones de cuentos y leyendas y hacerlas navegar entre el horror y el misterio.
Sus personajes ( múltiples ) tienen siempre una dimensión más elevada ( o más profunda ) que los pone a una altura casi mitológica. Con las palabras y sus enrevesadas construcciones, consigue algo tan difícil como darle textura al conjunto, una textura de piedra que nos recuerda a los muros de las catedrales.
Pero es precisamente un muro donde yo me encuentro.
Esta historia, que se decora con otros casos de menor impacto, nace con una investigación alrededor de un grupo de muertos por picadura de araña. Desde ahí se remonta a un pasado cruel de vejaciones salvajes y a recuerdos del horror infantil.
Todo converge.
Todo me resulta increíble, no artificial sino artificioso, más un puzzle moral que una historia de personajes reales.
Me pierdo con la pluralidad de nombres y actitudes, con las tramas y las subtramas, con los tecnicismos y los tiempos.
Llego al final, pero sin apasionarme en ningún momento, sin ser capaz de asegurar que me supondría algún problema abandonar la lectura.
Está claro que es un idilio frustrado en el que no tiene ningún sentido insistir.
Enhorabuena por un premio del que me parecen merecedores muchos otros autores. A Fred Vargas le han hecho un Bob Dylan. Que lo disfrute.

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