CINE: WESTERN de Valeska Grisebach

Alemania/ Bulgaria 2018
Meinhard Neumann. Reinhardt Wetrek. Syuleyman Alilov Letifov. Veeta Fragnova. Viara Borisova. Kevin Bashev

Aviso antes de comenzar:es una de esas entradas en las que tengo la sensación de que va a ser muy difícil que transmita todo lo que he sentido, lo que opino de esta obra absolutamente singular, seca y sólida, lúcida y extrañamente bella.
En primer lugar decir que me cuesta unos minutos entrar. Por un lado, entiendo que la incomunicación es uno de los objetivos de su directora, y esas conversaciones cortadas entre varios personajes a los que aun no conocemos y en planos donde no se distingue a quien habla, no ayuda. Pero más que rechazo hay una sensación de extrañamiento, de querer asir la historia.
Además entramos en directo. No hay explicaciones ni preparación. Como espectador tengo, en esos minutos, la sensación de tener que subirme a un caballo al galope.
Pero merece la pena el salto.
Comencemos con el título porque explica mucho: Western. No hay dudas. Es una referencia cinematográfica de género. Los hechos suceden en Bulgaria a donde un grupo de trabajadores alemanes llegan a montar una planta hidráulica. Se asientan en un campamento en un paisaje fastuoso. Cerca hay una pequeña aldea. Las relaciones entre los operarios, pero sobre todo entre estos y los habitantes del pueblo, son el magma donde se desarrollan los diferentes conflictos.
Pero a pesar de la lejanía geográfica y cultural, hay mucho de western:
Por un lado, sin duda es una película absolutamente masculina.
Por otro lado, sobre todo, está el personaje solitario. Ese hombre de pasado desconocido y sabemos que con una feroz fuerza interior. Necesitado de un amor que no sabe pedir. Desubicado en un mundo que parece conocer demasiado. Ese hombre al que no tardamos en identificar en la grandeza que poco a poco va desarrollando el rostro de Meinhard Neumann, increíble actor novel.
También están los paisajes, inmensos y atrapados en toda su belleza.
Y un hermoso caballo blanco.
Con todo esto, los operarios pueden ser los colonos, los lugareños pueden ser los habitantes invadidos. El héroe y su antagonista podrían ser dos pistoleros.....
Estas referencias tienen una doble consecuencia:
Por un lado, los lugares comunes, identificables, nos ayudan a caminar en una película que, por otra parte, no se permite concesiones.
Pero al mismo tiempo, la mixtura hace que esas imágenes adquieran una pátina de mitología, de leyenda.
En este nivel, dentro de la realidad que invoca, Western genera imágenes impactantes, de una fuerza interior que se traslada desde la pantalla.
Pero además, en la cinta de Grisebach hay otro nivel:
Western es un retrato crudo de Europa, de una parte de Europa, aquella que el comunismo abandonó dejándola convertida en una ruina física y moral. Del trabajo basura, de la economía, de la ausencia de futuro, del anacronismo de esas pequeñas comunidades...
Y de esos hombres y mujeres que utilizan la nostalgia porque, a pesar de todo, les resulta más fácil mirar hacia atrás que hacia el mañana.
Western parece construida con piedras, tallada, más que rodada, y nos enseña a pensar que, dentro de la roca, late siempre un corazón. Como ese hombre al que, sin embargo, ya no veremos perdiéndose en el horizonte como, por ejemplo, en Centauros del Desierto.
Una excelente película. Coherente hasta el tuétano. Necesaria. Honesta.
Una experiencia gozosa e inteligente.

Público

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