288 páginas
También disponible en ebook.
Cuando Pamuk recibió el Nobel me alegré porque era un escritor que me gustaba, sin embargo, también pensé que le faltaba obra y recorrido para un premio de este nivel.
Sin embargo, todo lo que ha publicado desde entonces, lo mantiene a gran altura. En especial recuerdo El Museo de la Inocencia como una narración enorme, inolvidable.
Por lo tanto, en el peor de los casos, justificado a posteriori.
Generalmente sus obras son voluminosas, tiene una base de novelista clásico, de esos libros que nos pesan en las manos y que palpamos con la esperanza de una aventura.
La mujer del pelo rojo, sin embargo, es más breve, apenas llega a las trescientas páginas. No por ello es menos minuciosa en la descripción de la sociedad, de un país en desarrollo, de los artesanos y obreros y sus trabajos.
Pero esta historia que empieza en la juventud del protagonista y es realista en su primera parte, su experiencia como ayudante de un pocero, antes de entrar en la universidad, pronto se ve influida, como muchas veces en su autor, por el aroma de las leyendas.
En este caso, conviven Edipo con una leyenda de la zona. Hijo que mata a su padre y padre que mata a su hijo. También, se mezcla la narrativa con la reflexión, tal vez sea su libro más reflexivo a pesar de ser uno de los más cortos.
Así, conviven personajes y situaciones coloristas, con pensamientos; historias particulares con, como siempre, la visión de un país a la búsqueda de su occidentalización sin abandonar muchas de sus tradiciones.
La mujer del pelo rojo es una buena novela que va creciendo a medida que avanza y tiene las mejores virtudes de su autor.
No se si puede compararse con sus mayores monumentos pero sin duda es un paso más en su catálogo de buena literatura.
Público
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