NOVELA: LA OCTAVA VIDA de Nino Haratischwili

Alfaguara
1010 páginas
También disponible en ebook

Entrar en una novela de este tamaño es para mi como emprender un viaje.
Tardo en decidirme.
Siempre me ha costado abandonar un libro sin terminar y el volumen en ocasiones me exige cierta seguridad sobre la odisea.
Una vez que me decido, entro con ganas.
Sé que voy a pasar largo tiempo con sus personajes, que tendré que familiarizarme con ellos, interesarme por su presente y su futuro, sentirme cómodo. Sorprenderme en cada capítulo.
Repito, le exijo mucho más en función del tiempo que voy a dedicarle.
En este caso han sido tres semanas. Y, lo digo ya, han sido tres semanas tan gozosas como apasionantes, repletas de pequeñas historias en una gran historia, llenas de gentes a las que he terminado por conocer, en el marco de un país que reclama su lugar en la Historia. Su propia historia.
Georgia y el Siglo XX.
Un pequeño país en el Caucaso, pronto una de las repúblicas que componen la URSS.
Zona de guerra. Territorio invadido por ideas y revoluciones ajenas. Campo de prisioneros sin ser nombrados como tales frente a un comunismo tan experimental como absurdo. Grito de rebelión luego y desconcierto después ante la necesidad y la imposibilidad de adaptarse a un mundo, a una Europa que, mientras ellos dormían sedados, ha seguido cambiando.
Hemos visto antes retazos. Películas o novelas que hablaban de la revolución. Películas o novelas que hablaban del comunismo y de la Guerra Fría, también otras sobre exiliados o sobre el panorama de ruinas físicas y morales que había quedado como legado del marxismo. Pero nunca en un todo tan completo y complejo. En un gran cuerpo.
Haratischwili nos cuenta la larga saga de una familia, posiblemente de su familia, desde la riqueza de una sociedad plural y decadente hasta la huida final.
Nos habla de amores imposibles, de anhelos, de contradicciones, de traiciones. Nos habla en definitiva de personas que son las estructuras imperfectas que van construyendo el relato, que construyen la vida.
Mujeres hermosas, aristócratas decadentes, generales mesiánicos, funcionarios crueles, músicos, ladrones, artistas....
Todos y cada uno de ellos tratados con cariño y respeto y elevados a un nivel de su propia mitología.
La familia protagonista podría crear su propio Olimpo.
Se acercan a la leyenda, porque a veces la existencia parece un cuento. Especialmente cuando está en manos de un narrador como este.
Porque otra de las cosas que hace tan especial, tan única, esta propuesta es el aliento de quien escribe, su búsqueda. Capaz de trazar estas ocho fases con una ligera magia que surge sin duda del recuerdo, de los recuerdos de todos, y que establece sus propias referencias, sea como fantasmas que visitan el jardín sea como el dulce sabor del chocolate maldito.
He leído en alguna crítica comparaciones con Cien años de soledad. Error. La Octava Vida es tan singular como lo era aquella, tan única.
Crónica íntima. También crónica externa. Precisa. Casi como si a un ejercicio de periodismo le pusiésemos alma.
La Primavera de Praga, el Londres de los inicios de la música pop, la Alemania dividida... la novela se expande y finalmente tenemos un cuadro inmenso, brutal en su caudal de contenido.
La Octava Vida es una novela fantástica.
Habitada por la química de las novelas importantes, de los clásicos, de las fantásticas aventuras humanas.
Un gran viaje.
Uno de esos libros que nos llevan a ensimismarnos con el placer de leer.

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