CINE: LA SOCIEDAD LITERARIA Y EL PASTEL DE PIEL DE PATATA de Mike Newell

UK 2018
Lily James. Michiel Huisman. Glenn Powell. Penelope Wilton. Jessica Brown Findlay. Tom Courtenay. Matthew Goode. Tim Ingall. Katherine Parkinson. Kit Connor. Dilyana Boukieva. Andy Gathergood. Marek Oravec

Creo que hay películas con gentilicio, al margen de la universalidad del arte.
Dentro de lo que entendemos como Cine Británico, hay algunos patrones identificables.
Por un lado están las adaptaciones literarias clásicas, en las que James Ivory creó escuela.
Muy ligada a estas, las comedias que basculan alrededor de la Segunda Guerra Mundial ( orgullo de patria ), con la ligereza de las que nacieron en los míticos Estudios Ealing. Son tal vez más superficiales en apariencia pero están empapadas de encanto. Su falta de trascendencia parece una seña de identidad.
La Sociedad Literaria y El Pastel de Piel de Patata, un título simpático y sorprendente, es un magnífico ejemplo, totalmente enmarcable en ese modelo.
Una joven escritora, guapa e inquieta, se traslada, fruto de un contacto fortuito, a la isla de Guernsey, con el objetivo de conocer a los componentes de un grupo de lectura.
Los personajes que se encuentra tienen el aceptable nivel de extravagancia para poder ser acogedores, y pronto está claro que hay algo que no quieren recordar y que lees llena de dolor.
A partir de aquí, con una cuidadísima producción, se desarrolla una historia de amor y conocimiento, una tierna historia que nos mantiene en la sonrisa cuando no nos empuja a la lágrima.
Posiblemente sea cine antiguo, y no aporte ninguna novedad. Pero es muy disfrutable.
Mike Newell es un buen artesano y, si más allá de Bailar con un Extraño, no ha dotado sus películas de una personalidad singular, si consigue productos que nos hacen salir de la sala un poco más felices. Lo hizo con Abril Encantado y con Cuatro Bodas y un Funeral. Vuelve a hacerlo.
Y ponerle pegas, sería una actitud absurda.
Yo me quedo con esos hermosos paisajes, con la simpatía de los lugareños, y las ganas de mudarme de ciudad y de época, para despertar en una de esas preciosas casas de piedra, esperando lo que quiera depararme cada día y respirando la vida.
Pero sobre todo, me quedo con el homenaje a los libros, que se prolonga más allá de los títulos de crédito que la cierran, ese reconocimiento a la literatura como una mágica disciplina capaz de multiplicar la vida acumulando historias que ensanchan los horizontes de la humanidad. Que bien lo han entendido este grupo de amigos, que suerte tienen Virginia Wolf y Robert Louis Stevenson por contar con tan maravillosos lectores.

Público

Comentarios