CINE: LA CÁMARA DE CLAIRE de Hong Sang- Soo

Corea del Sur/ Francia- 2017
Isabelle Huppert. Kim Min Hee. Chang Mi-Hee. Jung Jin Young.

Hong Sang- Soo es sin duda un cineasta peculiar.
Creo que si tuviese que adivinar su personalidad, la definiría como humilde y libre.
Hace sin duda el cine que le apetece, al margen de modas y de taquilla. Pero ese cine, con vocación autora, carece de la soberbia de los creadores que no dejan respirar al público en la densidad de sus imposiciones.
La característica de la caligrafía de Sang- Soo es la ligereza, una ligereza que, por fenómeno alquímico , casa con adjetivos incluso un poco antiguos como encantadora, deliciosa, tierna...
Otra de sus características, y aquí entra la libertad, es el juego, la falta de normas, la ruptura de guías de tiempo ( y ruptura es una palabra que posiblemente suene demasiado contundente para la obra de este autor ).
Y esa es la magia: algo que podría parecer, y que de hecho es, una muestra de artificio, se traslada generando una naturalidad absoluta.
Posiblemente, lo fundamental es la mirada.
La cámara de Sang - Soo se coloca ante sus imágenes con serenidad y curiosidad. Es una cámara transparente que parece ser la prolongación de un ser humano. Un ser humano que mira, carente de cualquier espíritu crítico y capaz de admirarse ante cualquier imagen , de encontrar la belleza, que difícil eso que parece tan fácil. En su cine no hay grandes paisajes ni impresionantes escenarios, y sin embargo, transmite esa belleza. La ve y la comunica. Sencillez, humildad y libertad. Sin duda todo eso conjuga con talento e inteligencia.
La cámara de Claire puede parecer, erróneamente, una película menor, sobre todo por su duración que supera con muy poco la hora.
Que equivocación.
Es una experiencia importante porque, con la apariencia de la in trascendencia, nos cuenta una historia de la que elimina todo lo que no es esencial y nos sumerge de nuevo en un juego abierto, fresco, tan divertido como original.
La densidad de la historia está en su fondo de melodrama, en esos cuadros de dos, de amor y decepción, de ruptura y dolor, que podrían ser el corazón de cualquier romance truncado. Son tan ciertas, tan reales, que en su brevedad nos transmiten la emoción que hace humanos a sus tres personajes principales.
Huppert actúa ahí como un duende guía, como una especie de irresponsable Puck acompañada de su cámara como elemento mágico.
El juego está de nuevo en el tiempo, en las diferentes perspectivas que quedan todas abiertas sin que sepamos las que son reales o como encajan, elementos como el túnel en la playa, el perro o los diferentes niveles en escenas que parecen no encajar.
Pero lo más importante, el verdadero logro del director, es conseguir que comulguemos con su propuesta plenamente, que no necesitemos explicaciones ni encajar las piezas, que formemos parte y entremos en este delicado, delicioso y gozoso universo.
Un Sang- Soo más. Y esperemos que sean muchos.
Quizás lo único que se le pueda echar en cara es que no haga su gran gran película y sólo películas muy muy buenas. Aquí encaja la humildad.

Público

Comentarios