CINE: AMAMA de Asier Altuna

España 2015
Iraia Elias. Kandido Uranga. Klara Badiola. Ander Lipus. Manu Uranga. Amparo Badiola. Nagore Aramburu

En parte puede decirse que Amama sigue la estela abierta el año pasado por Loreak.
De nuevo una película eminentemente vasca, no sólo por estar hablada en euskera, sino también, sobre todo en este caso, por estar temáticamente muy unida a la cultura de esa geografía.
Lo que diferencia estos dos casos de otras cintas procedentes de allí ( posiblemente Tasio de Armendariz sea la primera referencia ), es que no nos encontramos ante productos étnicos de base más o menos documental, sino con productos muy armados desde el punto de vista narrativo y sofisticados en lo que se refiere a su gramática visual.
De todas maneras, el resultado es en estas dos referencias diferente:
Loreak era una muy buena película y que, tras pasar por los Goya, está en carrera para la competición de los Oscars a película no inglesa.
Amama tiene sin duda muchos valores, pero personalmente creo que no termina de ser redonda. He leído algunas críticas que hacen referencia al simbolismo quizás excesivo o a cierta pretenciosidad. Personalmente creo que el problema de esta obra está en la falta de foco y en una mixtura no del todo encajada, de diferentes elementos.
Amama se abre como un cuento , hermoso y narrado por uno de sus personajes ( que si bien asumirá el papel protagónico, desaparece como voz de fondo sin ninguna explicación ), hay líneas de fuga que sirven para encajar el producto, pero pronto se convierte en una narración tradicional y fácil sobre el choque de generaciones en lo que es mantener la tradición frente a la necesidad de afrontar el progreso.
Volveremos al final a ese aire telúrico, pero será una conclusión un poquito artificial, porque esa es una línea argumental que a pesar de ser mostrada, no se ha desarrollado.
De hecho, creo que hay muchas cosas pendientes de desarrollar, el mismo personaje que da título a la película, el hermano mayor, los padres...
También existe una mezcla de lenguajes entre ese simbolismo que muchos citan como excesivo y un tono mucho más práctico. Con ello, la cinta no llega a alcanzar el nivel poético que sería capaz de darle una dimensión singular. Tampoco en este sentido ayuda cierta artificiosidad que responde a la vena artística de la hija, a esa vanguardia creativa ( de nuevo no desarrollada ) en la que a pesar de conseguir alguna imagen potente nunca se alcanza un nivel poético.
Parece que Amama me ha gustado poco y eso no sería justo. Considero que es una historia bien contada, dibujada con pulso, pero que me deja el poso de pensar lo que podría haber sido si hubiese sido capaz de captar ese aire, esa atmósfera que habita en un bosque que se convierte, con su inmensa belleza, en otro personaje.
La herencia del caserío pedía tal vez un nivel más mitológico, cercano a lo ancestral, que tantas veces se cita.
Queda, repito, una buena narración. Momentos logrados. Y las ganas de seguir a Asier Altuna, seguro de que cuando se lance con mayor aliento a lo que estoy convencido de que le gusta hacer, nos regalará un cine mucho más singular.

Público

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