480 páginas
Disponible en ebook.
En ocasiones una novela nos muestra la pasión de su autor por un paisaje concreto. En este caso, está claro que Japón es el lugar don Obregón centra todas sus fantasías.
Posiblemente un nativo no sería capaz de iluminar de esa manera ese paisaje, esa cultura, trayéndola a la superficie pero sin perder el peso necesario de lo real.
La luz azul de Yokohama es la muestra de esa pasión, pero también claramente de otra: la pasión por el género negro clásico.
La historia comienza con un asesinato que parece ritual. Pronto la trama se complicará implicando el mundo de las sectas, de los asesinos en serie y también de la corrupción policial.
Al mismo tiempo, Obregón utiliza el tiempo necesario para crear a su protagonista ( que posiblemente lo será a partir de ahora de otras novelas ). Construye un pasado lejano, también uno cercano, ambos desoladores, y un presente donde el personaje está claramente emparentado con los modelos clásicos que podría haber creado Chandler.
A partir de esos ingredientes, la trama es brutal, enrevesada, rica, llena de vericuetos y de esquinas. Todo ello aderezado con la carga emocional de romanticismo y soledad que empapa las buenas muestras de este género.
Puede existir alguna dificultad, especialmente con el seguimiento de los nombres, y tal vez se agradecería mejor marcaje en los episodios del pasado, pero es difícil no apasionarse con esta historia además tan bien escrita.
Excelente lectura y excelente muestra de género.
De esas veces que devoramos, que nos urge saber cual es el final, pero que una vez que lo alcanzamos nos deja con ganas de más.
Y espero que haya más.
Público
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