Director.-
Dan Laustsen
Intérpretes.-
Jens Saetter Lassen. Jakob Oftebro. Pilou Asbaek.Helle Fagralid.Zlatko Buric. Peter Guilsfirt. Johannes Lassen. Nicolas Bro.
Danmarks Radio
Duración.-
8 capitulos
60' c.u.
Posiblemente muchos no recuerden cuando, hace mucho tiempo, TVE ( única televisión existente entonces ), inició la proyección de lo que hoy llamamos miniseries, en un espacio con la denominación genérica de Grandes Relatos.
Pues bien, para mi sigue siendo un concepto que define muy bien cierto tipo de producciones.
Ambiciosas, con al menos un pie puesto en el pasado, son grandes producciones que recogen grandes historias y no las cuentan con una narrativa clásica, clara, cercana a las novelas de siempre.
Abarcan amplios periodos de tiempo, cubren la evolución de muchos personajes, y en ocasiones, hablan de acontecimientos que hubiesen podido cambiar el mundo que conocemos.
No conozco mucho de la televisión danesa, ni siquiera, creo, de su literatura o cine, más allá de individualidades como Lars Von Trier. Asocio su creación más con el género negro o la experimentación.
Pues bien, 1864 es una muestra contundente, de Gran Relato, con unos niveles llamativos de clasicismo en su concepción y desarrollo.
La base es un episodio histórico tan cruel como absurdo.
En esos años, un grupo de políticos ultranacionalistas daneses decidieron que era el momento de enfrentarse a Prusia por la soberanía de un pedazo de tierra.
Ni siquiera cuando todos los países de la zona, incluida Alemania, se posicionaron en su contra, cejaron en sus intereses.
El resultado fue un conflicto bélico en el que nacieron derrotados y donde multitud de soldados y civiles sufrieron consecuencias de extrema crueldad.
1864 se mueve en dos niveles: el de época y el actual.
En el de época, se siguen a su vez dos líneas
Por un lado, la de los despachos políticos, la de las decisiones erróneas, la de la locura. Con apariciones estelares como la de Bismarck y Andersen, se presenta de una forma clara el desarrollo del onflict. Se expone sin didactismo. Y nos ofrece un recorrido por palacios y lugares fastuosos del cercano fin de una época.
La segunda, la que nace de la narración y la evocación de na de sus protagonista, es una preciosa historia de amor y amistad a tres. Surge en el ambiente rural de una granja, en el entorno de injusticia social latifundista a punto de transformarse pero aun tan vivo como cruel.Y recorre también las batallas, los campos desolados y las trincheras, el miedo y el valor.
Consigue emocionarnos con la historia central y con aquellas que se van tejiendo a su alrededor. Es difícil no sentir la tristeza de los perdidos. No desear la felicidad de estos seres humanos. No querer acompañarles en la derrota.
Es aquí donde la producción alcanza su nivel más alto, especialmente en la visualización, física, brutal, del drama bélico.
Sólo podría echarse en cara un uso tal vez excesivo de la evocación que ralentiza la narración en algunas ocasiones, pero en el conjunto, sirve para conformar una estética reposada y hermosa.
Sin embargo, hay una subtrama ubicada en la actualidad, la que da pie a la lectura de un diario que será el contenido de la historia, la gran historia. La protagonizan un anciano solitario, gruñón y agonizante y una joven marginal. Y es ahí donde considero que 1864 tiene un problema: esta parte no es necesaria, no aporta nada y llega a ser confusa en algún punto. Claramente no está desarrollada y no se justifica.
Una pena, no del todo menor, en un conjunto muy positivo.
1864, en conclusión, es una de esas grandes historias, ya lo he dicho varias veces, con una producción excelente.
Y en la que sin duda un país reivindica parte de su historia.
En tiempos de profusión de series, sobre todo americanas, británicas y españolas, es muy de agradecer a Filmin que nos acerque productos que, de otra manera, sería difícil conocer. Excelente labor, y más si es con producciones de esta calidad.
Público
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