EXPOSICIÖN: TAMARA DE LEMPICKA- Reina del Art Deco

Arthemissia
Comisaria.- Gioia Mari
Palacio de Gaviria- Madrid
Hasta el 24 de febrero de 2019

Desde que Arthemissia ha aterrizado en el Palacio de Gaviria, en Madrid, son ya varias las exposiciones que cuentan con largas colas a la entrada, una ocupación a las que pocos acontecimientos artísticos nos tienen acostumbrados. Y eso a pesar de que, siendo gratuitas la mayoría de las muestras de la capital, el precio es en este caso nada menos que de trece euros.
Tengo que decir que, al margen de otras consideraciones, me alegra que la cultura, también en el ámbito pictórico, se convierta en algo atractivo para el público, más allá de visitas más convencionales a los museos.
Sin duda es positivo, sean sus contenidos Eschen, Muncha, Dali o Tamara de Lempicka.
¿ Cuales son las razones del éxito?.
Quiero pensar que no es sólo la fuerte inversión publicitaria, que también influye la singularidad de los personajes elegidos, tan magnéticos como sus obras, y también el relato que se trabaja a su alrededor. Y es que en estas exposiciones es tan importante el artista como el entorno, enmarcando su obra en claras referencias sociales, políticas y estéticas de su época.
Tamara de Lempicka es un referente de un estilo de vida que pretendía descubrir una nueva piel y una nueva moral, que quería romper con el pasado en un modelo de libertad superficial y hedonista, convirtiendo grandes ciudades como París y Nueva York en paraísos artificiales, ajenos al convulso momento político.
Su vida estaba muy cercana a su obra, la presentía a la perfección.
Esta exposición recorre su itinerario, con documentos gráficos que nos acercan al personaje, pero también con objetos que describen la época. Junto a los cuadros, acompañan vestidos, adornos, muebles.... todos ellos referentes de un lujo tan atrevido como efímero.
De mi visita, extraigo dos informaciones que me interesan especialmente:
Por un lado, conocer la obra de Lempicka de forma más completa y, junto a sus pinturas más conocidas, aquellas cercanas a la estética de las revistas de moda,descubrir otras que me sorprenden, especialmente las religiosas, pero también las florales
y aquellas con un fondo social inesperado en contraste con su obra estelar.
Por otro, admirar su maestría, sobre todo en sus dibujos y bocetos, que nos muestran que más allá de su estilo, inimitable pero tal vez repetitivo, había una verdadera artista con verdadero oficio, muchísima técnica y sin duda talento. 
En el Palacio de Gaviria, se nos ofrece por lo tanto la oportunidad de disfrutar de unas pinturas delicadas y magnéticas pero también de conocer a la creadora que había detrás y entenderla en su entorno. Sin duda una forma mucho más enriquecedora de acercarnos a su obra.
Muy recomendable.

Público

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