NOVELA: SOLANOIDE de Mircea Cartarescu

Impedimenta
850 páginas
también disponible en ebook.

Gracias al cielo he repetido en muchas ocasiones que los comentarios que escribo aquí, no pretenden tener el nivel de crítica sino ser simplemente mi opinión; de hecho muchas veces, la escritura se convierte en si misma en un proceso de reflexión desde el que consigo ordenas ideas y percepciones.
Lo que comparto por lo tanto son mis sensaciones e ideas y, en ocasiones como en esta, mis dudas.
Dudas. Y decía al iniciar "Gracias al cielo", porque creo que habrá pocas cosas tan difíciles como hacer un ejercicio crítico de Solanoide.
Posiblemente una de las más, sino la más, compleja novela que recuerdo haber leído.
Para empezar, estamos hablando de un libro de más de ochocientas páginas. No sólo importa el volumen, pero siempre he tenido la sensación de que ante esos tamaños, el lector sufre cierto nivel de inmersión, aunque sólo se deba al tiempo que pasará unido a la historia. Creo que la relación con una novela larga es más experiencial que con una breve. Y aquí la experiencia puede ser tan apasionante como confusa pero no adelantemos acontecimientos.
Como referencia, decir que su concepto de aventura intelectual, me hace recordar, pese a las claras diferencias, a Stalker, la película de Tarkovski. comparten su caudal ilimitado de sugerencias y su falta de pudor o control al ponerlas en papel ( o imágenes), algo que puede producir efectos de agradable borrachera, éxtasis incluso, pero también agotamiento.
Voy a intentar, y no va a ser fácil, moverme en tres nivelas:
En primer lugar, contar lo que cuenta ( o describe ) Solanoide.
En segundo lugar, lo que creo que pretende su autor.
Por último, cuales son las sensaciones que me ha producido su lectura.
Lo que cuenta:
Solanoide cuenta muchas cosas, todas ellas con voluptuosidad. Como base, son los diarios de un hombre gris, profesor de una escuela pública en Bucarest, separado y sin ninguna vida social más allá de la sala de profesores. Desde su extrañamiento consigo mismo, asistimos a las fantasías que, desde su singular imaginación, compone un mundo kafkiano en el que conviven la tecnología acartonada y vecina de una ciencia ficción plana y lo pastoso y colorista de los cuentos y leyendas más tradicionales.
En un ejercicio de presente y pasado, le acompañamos en un viaje de búsqueda donde se mueve entre la alucinación y el desconcierto, entre el sueño y la realidad.
Su surrealismo se ve en ocasiones frenado frente a materializaciones conscientemente infantiles, ppr ejemplo, es difícil no engancharse en esas casas llenas de pasillos, aunque el mecanismo para flotar en el lecho nos parezca de tebeo.
y no hay que olvidar que, aunque parezca que existe un tronco, son múltiples sus ramificaciones en un conjunto tan irregular y libre como creativo. Una colección de historias que se enlazan, se separan. comienzan, terminan o se quedan en suspenso.
No existen en Solanoide reglas narrativas.
Lo que creo que pretende:
Entiendo en Cartarescu un importante fondo político.
Los colores grises, oscuros, con los que pinta la capital, sólo pueden responder a la tristeza, al desencanto de tener que asumir un futuro de ruina y decadencia cuando el comunismo se desprendió de la capa de sueños.
Esos monstruos que en ocasiones aparecen alrededor del protagonista en diferentes formas, parecen ser espejos de una sociedad enferma, paralizada, parásita y animal. También la materialización del miedo de unos individuos inmersos en un terror al que no pueden ponerle rostro.
Este movimiento, lo explica  desde lo personal, desde un personaje que en su devenir cotidiano es capaz de una sensibilidad que le permite captar las capas subyacentes en lo que le rodea.
Esta fijación en un ser humano corriente pero inquieto, es lo que consigue que toda la aventura este cruzada por la línea del alma, la de una humanidad herida y temerosa pero al tiempo sensible y con ansias de supervivencia.
Desde este punto de vista, posiblemente sea la novela una crónica tan inmensa como precisa y ambiciosa de un país desolado por razones políticas.
Lo que me produce:
Y aquí viene lo más difícil por contradictorio.
Creo que Solanoide no sólo está maravillosamente escrito, con un lenguaje que, como arcilla, se moldea en manos del autor, sino que además contiene imágenes y escenas que deben incluirse entre lo mejor de la literatura universal. Muchas de ellas en el colegio, la historia de su matrimonio o de la niña del corazón portátil, la pantalla del cine vacío... y más y más y más.
También nos regala descripciones íntimas y lúcidas en lo que se refiere a sentimientos y en el análisis del exterior.
Es rica, brillante, inteligente, singular.
Pero no puedo evitar que igual que todas estas aportaciones me abrazan, muchas de las páginas de este libro jueguen a expulsarme. Y digo jueguen porque tengo la sensación de que en el autor existe una actitud consciente de poner a prueba a su lector, quizás un precio a exigir para regalarles lo mejor de su escritura.
Solanoide no sólo no es fácil sino que es muy difícil. Pero compensa el gran esfuerzo que exige.
No sé si la recomendaría pero me alegro de que me la hayan recomendado a mi.
Aunque es justo reconocer que en muchas ocasiones uve grandes deseos de darme por vencido en su lectura
Esto es lo que hay.

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