Fares Fares. Tareq Abdalia. Yasser Ali Maher. Nael Air. Henia Amar. Slimane Dazir. Ger Duany. Ahmed Khairy. Mari Malek
Los géneros cinematográficos tienen una base clásica, como los literarios.
En algunos casos se producen innovaciones. En otros, hay una adscripción clara a los lugares comunes.
Cualquiera de las dos opciones es válida.
Digamos que aquellos que optan por la segunda opción, cuando cuentan con un narrador contundente, se convierten en productos muy sólidos.
Este es el caso de El Cairo Confidencial ( no sé si la remisión de u título a la cinta basada en la novela de Ellroy está en una posición de homenaje inicial o es fruto de una traducción oportunista).
En un entorno dominado por un desarrollismo que se extiende alrededor de la miseria, la corrupción es una forma de vida tan aceptada que se produce de una forma transparente.
En ese entorno es donde se mueve nuestro protagonista: un policía por supuesto corrupto, con muchas trazas de desengaño y muy pocas de empatía, soportado por su brutalidad y su parentesco con el jefe de su comisaría.
Un crimen en principio no demasiado complicado, una testigo circunstancial y una mujer que se acerca mucho a un sueño, despiertan en él un fondo quizás parecido a la justicia.
A partir de ahí, con una caligrafía firme y en un entorno atípico, una visión de El Cairo que podría ser el sucio reservo de los escenarios de Blade Runner, se desarrolla una intriga modélica en su forma de ser contada.
Siempre he dicho que el buen género negro es en verdad un género social, capaz de trasladarnos, a través de las miserias físicas y morales, un cuadro completo y complejo de una época y un lugar.
Este axioma se cumple al doscientos por cien en la película de Tarik Saleh, donde se nos muestra el alma dolorida de una gran capital que no ha sabido ser generosa con sus habitantes, quizás como pago a su avaricia y a su falta de escrúpulos. En sus noches llenas de pobres luminarias sin fuerza, sobreviven abigarrados aquellos que no entienden lo que hacen allí, que se han confundido en su búsqueda del paraíso.
Pero El Cairo Confidencial cuenta también con una dimensión política. Al tiempo que se desenreda la trama, se está gestando en el subsuelo la Primavera Árabe. No en vano, la cinta termina con las escenas de la Plaza de Tahrir. Una respuesta ciudadana a tantas historias particulares que, como la que nos cuenta este director, nunca salieron del silencio y del barro.
Público
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