SERIE TV: PEAKY BLINDERS de Steven Knight

Temporadas 1-2-3-4
UK. 2014/ 2017
BBC
Directores.-
Otto Bathurst. Tom Harper. Colm McCarthy
Intérpretes.-
Cillian Murphy. Helen McCrory. Paul Anderson. Joe Cole. Finn Cole. Annabelle Wallis. Sophie Rundie. Sam Neill. Tom Hardy. Benjamin Zephaniah. Ned Dennehy. Adrien Brody. Charlotte Riley. Paddy Considine. Natasha O'Keffe. Gaite Jansen. Charlie Murphy. Katie Phillips.
Duración.-
6 episodios por temporada.
55' C.U.

Efectivamente, ahora que para ver una serie no hay que esperar semana a semana un nuevo capítulo, hay que reconocer que hay algunas que crean adicción. La posibilidad de alargar capítulo a capítulo el visionado de las mismas, convierte el hecho de parar en una demostración importante de fuerza de voluntad. Al menos para mi. y al menos con algunas.
Eso es lo que me ha pasado con Peaky Blinders cuyas cuatro temporadas me he tragado en poco más de dos semanas.
Y es que hacía tiempo que no  entraba en una saga tan apasionante.
Los Peaky Blinders son una familia de irlandeses de origen gitano que se han afincado en Birminghan.
Su negocio es el de las apuestas en las carreras, combinado con algunos pubs y con el uso de la intimidación, todavía centrados solo, al comenzar la serie , en algunas zonas de su ciudad.
Entre los hermanos, destaca Thomas. Traumatizado tras su regreso de las trincheras de la Primera Guerra Mundial, es un joven capaz de combinar su inteligencia y ambición con cierto ánimo suicida que le lleva a aceptar cualquier riesgo y una visión lúcida que entiende el bien y el mal, incluso cuando es más dado a profesar esto último.
A su alrededor, sus hermanos, su tía Pole ( una mujer a su altura ) y diferentes personajes que se van incorporando a su amplio concepto de familia.
A lo largo de estas cuatro temporadas, vamos a asistir al ascenso de esta familia, desde los bajos fondos de una ciudad de provincias hasta convertirse en un referente de prosperidad y poder en Londres. También a su intento de pasar desde la clandestinidad a lo, más o menos, legal; desde su orgullo arcaico a la búsqueda de reconocimiento.
Para ello, deberán de utilizar todas sus capacidades delictivas y su instinto de supervivencia, pero también deberán de luchar contra los instintos de una rígida sociedad de clases, dispuesta a utilizarles siempre pero no a hacerles sitio fácilmente.
Como es habitual en todas las producciones de la BBC, esta es impecable. Por lo que respecta a sus señas de identidad, el clasicismo narrativo se combina con una realización efectista y una banda sonora con canciones actuales que, no sólo no resulta anacrónica sino que sitúa a sus protagonistas en lo que serían en un mundo moderno.
Pero creo que las dos bazas más relevantes de Peaky Blinders son sus interpretaciones y su guión.
Con respecto a lo primero, no es sorprendente. Ocurre siempre en las series inglesas donde el mínimo secundario demuestra una adecuación a su papel absoluta. Todos están fantásticos. De todos modos sería ceguera no destacar a Cillian Murphy, columna vertebral del relato, demostrando una personalidad y una fuerza que nunca le había visto hasta ahora. Junto a fantásticos actores desconocidos, se incorporan caras como las de un maligno Adrien Brody o un divertido Tom Hardy.
En lo que se refiere a la escritura, es apasionante, capaz de integrar una línea argumental lineal con tramas paralelas que inciden en la definición de sus personajes, siendo estos otro de los factores que convierte la serie en única, dotándole de una riqueza difícil de igualar.
Y he dejado para el final su textura. Muchas veces en Peaky Blinders tenemos la sensación de estar admirando un cuadro en movimiento, una pintura que se sitúa entre el realismo y la evocación y siempre, incluso en sus momentos más duros, en el centro de la belleza.
Es importante poder decir de un producto de ficción que es apasionante. Sin duda Peaky Blinders lo es, sin que exista ningún desequilibrio en sus temporadas. Espero poder ver en breve la coda final de esta familia que no deja de recordarme a la posibilidad que nos ofreció Coppola con su versión de El Padrino que colocaba la historia en orden desde el punto de vista temporal. Es la historia, la Historia de esos grandes imperios empresariales que no siempre, o casi nunca,se fundaron desde la honestidad pero que llegaron a ocupar la cúspide.
Nos queda, creo, una próxima temporada.
La espero, con ansia.

Público

     

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