CINE: VERÓNICA de Paco Plaza

España 2017
Sandra Escaneda. Ana Torrent. Bruna González. Claudia Placer. Iván Chavero

Con Jaume Balaguero, Paco Plaza marcó un hito al convertir el terror patrio en trilogía con Rec, una excelente aproximación a como fusionar los lugares comunes más clásicos del género con lo  castizo.
Balaguero también continuó con esa línea, aunque en un modelo más alejado de lo sobrenatural, en aquel thriller oscuro y desasosegador que se titula Mientras duermes.
Paco Plaza se queda más pegado a su experiencia juntos.
Sigue sin cambiar el paisaje, interior y exterior. Vallecas, retratado casi de forma hiperrealista, se convierte en el escenario para esta historia de posesión, sus personajes son seres a los que podemos cruzarnos en la calle todas las mañanas, pronto sentimos la incomodidad de que unas niñas en uniforme de colegio, convivan en su camino diario con habitantes del barrio que nos harían cruzar de acera.
Pero eso no es el mal.
Verónica es una niña de quince años con ciertos retrasos en lo referente a la pubertad. Nos sorprende su entrega casi infantil a sus hermanos, su bondad, por ello su experimento con la ouija no es más que un juego.
O era un juego.
A partir de ahí, asistimos a la aparición del Mal, ahora sí, con mayúsculas , en un entorno cotidiano. Al terror que produce la destrucción de todas las certezas y de nuestra capa de seguridad.
Paco Plaza acierta en muchas cosas:
En primer lugar filma muy bien, su caligrafía es precisa y está llena de imágenes sugerentes en un montaje que consigue siempre lo mejor.
Además, de una forma hipnótica, mezcla dos niveles, en uno, podemos pensar en esta pesadilla como un paso a la adolescencia, como una muestra de la dificultad de asomarse al mundo real de Verónica, inmersa aun en una vida de cuento gris. Son, pueden ser, sus miedos los que crean al monstruo. Pero al mismo tiempo, utiliza elementos como el eclipse, el sótano o la monja ciega para recordarnos que estamos ante una historia de terror, real y con mucho de inexplicable.
Pero lo más importante es su prudencia.
Todo está medido, con coherencia y una extraña elegancia. Y lo que podía haber sido una muestra de gore nacional, se convierte en terror del bueno porque es peor lo que sugiere que lo que muestra.
Verónica puede calificarse de obra menor, si tal cosa existe. No sería justo.
Es buen cine en un género donde, lamentablemente, abundan otras cosas.

Público 

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