ENTREGA DE LOS PREMIOS GOYA 2016

Definitivamente: los Goya tienen gafe.
Cuando el año pasado pensábamos que con Dani Rovira habíamos encontrado un buen referente ( con la necesidad de alguna limpia, de darle cierta velocidad y prescindir de algún número ), va este año y la fastidia.
Y es que, desde el primer momento, sorprendió la sensación de que el cómico parecía estar en otro sitio; que sosez, que falta de gracia, que ausencia de ritmo...
Incluso había momentos en que parecía que se le había olvidado parte del texto, y otros ( como el dueto emulando  Mujer contra mujer ) era difícil verlos sin sonrojarse.
Frente a su actitud en 2015 de eliminar de la gala las referencias políticas ( algo que muchos agradecimos ) , este año ha decidido recordarnos a la peor Eva Hache ; el peloteo a Manuela Carmena ( con su "demostrado" interés por la cultura¡¡ que vivan los titiriteros) sólo puede explicarse por ser la madre de la directora de casting de 8 apellidos vascos, de bien nacidos....
Dos cosas más:
Lo de cortar los discursos. De acuerdo que hay algunos inaceptables, y algo hay que hacer, pero lo del corte es un signo de mala educación, que deja en ridículo a los premiados. Muy dudoso gusto.
La falta absoluta de un mínimo guión, convierte la entrega en un desfile más o menos soso de rostros que se limitan a abrir un sobre. Y como este año no había grandes nominados, algunos eran difíciles de reconocer más allá de su estrellato televisivo. O casos como el de Victoria Abril pidiendo trabajo¡.
¿Hubo cosas positivas?:
Hombre, coincido en la reivindicación de Mario Casas ( ya lo dije con Grupo 7 ).
Truman, claro.
Que sirva para darle nueva vida a Techo y comida y a la de Coixet.
La paciencia de Binoche.
Muy especialmente, la emoción de Daniel Guzmán, pareja a la sinceridad que exuda su película. Aquí quiero aprovechar para hacer un comentario que me confunde todos los años, y que está especialmente relacionado ( lo reconozco ) con lo que me habría gustado ver a su abuela subir a recoger el galardón: el concepto de actor o actriz revelación debe de explicarse de una forma más clara , considerar que Irene Escolar , con más horas de teatro que ninguno de los que estaban allí, se está "revelando" me parece una broma ( claro que también en su día me lo pareció Soledad Villalmil ). Lo dicho, Miguel Herran, perfecto.
Y que terminase.
Ahora comienza la carrera por buscar a otro para el próximo año.
Verdaderamente, no deja de ser sorprendente que en todos estos años de experimentos nadie haya conseguido quitarle el cetro a la Sarda.

Público

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