CINE: UN DÍA PERFECTO PARA VOLAR de Marc Recha

España 2015
Roc Recha. Sergio López. Marc Recha

No hace mucho hablaba del cine que quería ver y al que tenía pocas oportunidades de acceso.
El caso más llamativo es, en estos momentos, La academia de las musas. Que alguien tan consagrado como Guerín quede relegado casi al ostracismo, es sorprendente.
Pero también esta película de un director consolidado como Marc Recha y que, si no me confundo, ha carecido de algo que pueda llamarse estreno comercial, ocupa un puesto destacado en esa vergonzosa lista.
Una vez más, Filmin al rescate.
Y tras disfrutarla, no puedo menos que entristecerme al pensar que en las pantallas no haya espacio para una pieza tan delicada, tan entrañable, tan inteligente y tan hermosa.
La infancia es , según no recuerdo bien quien, nuestra verdadera patria; según otros, un lugar de soledad; para los más, los años más felices...
Da igual, cualquier lectura es posible; lo que está claro es que es el único espacio donde la magia existe de verdad, antes de que la destruyamos con nuestra indiferencia.
Y eso es lo que capta a la perfección esta pequeña joya.
Para no desvirtuar la sorpresa que produce su estructura, no voy a avanzar nada de su argumento, pero sí quiero destacar dos aspectos:
En primer lugar, pocas veces he visto tanta verdad entre un niño y un adulto.
En segundo lugar, que difícil es y que fácil parece , mezclar lo que se cuenta con lo que no se cuenta. Viendo Un día perfecto para volar, he tenido la sensación de que en esta ocasión era a los adultos a quienes Marc Recha va dejando piedrecitas en el camino para que encontremos el camino , aunque sea al pasado y no esté el cuadro completo.
Es impresionante contemplar, con los ojos de su director, como puede un paisaje sentirse de otra manera, ponerle alma y prepararlo para poder habitarlo con un cuento.
Sólo hace falta una hora y poco más, y tres personajes. Por supuesto mucho talento. La receta perfecta para este pequeño milagro.
Nota final: es importante tener en cuenta ( y volvemos a este inicio ) que no sólo la distribución se queda al margen de estos productos tan singulares; tampoco los Goya han reconocido a ninguno de ellos; posiblemente sea el momento de plantearse si la culpa siempre la tienen los demás.

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