NOVELA: LA CONSPIRACION DE LOS MEDIOCRES de Ernesto Mallo

126 páginas
Siruela- Nuevos Tiempos
También disponible en ebook.

Tras varias sesiones de largos novelones, necesitaba algo de género negro para desengrasar.
Sin conocer al autor, las críticas de los suplementos culturales, mi fuente habitual de información, me lo recomendaron.
Y era una buena recomendación.
Ell género negro clásico tiene unos códigos en lo que se supone a sus colores habituales, y además, las obras realmente conseguidas, funcionan como reflejo de la sociedad en la que se inscriben, de su estructura , sus vicios y sus deudas con el pasado.
La conspiración de los mediocres se inscribe en Buenos Aires, en un periodo asolado por la corrupción en la administración, en instituciones tan necesarias como la propia policía; también recuerda, como lo hacía la película El médico alemán, lo que este país ha supuesto como refugio de los criminales de guerra nazis.
Estas son las dos líneas que conforman esta breve novela. Más bien , la amalgama de situaciones que van a desarrollarse.
Lascano, nuestro detective, es por supuesto un hombre solo, algo desengañado y que vivirá una preciosa historia de amor. Pero no está llamado a tener suerte. Podría codearse por lo tanto con cualquiera de nuestros clásicos.
Hay dos cosas, sin embargo, que hacen singular esta propuesta.
Por un lado su inmediatez, su rapidez al transitar por los caminos del género sin buscar demoras, entrando de cabeza en la trama. No importa si en momentos puede chocar su entrada , todo funciona como disparos, de un capítulo a otro; la elegida brevedad del texto tampoco daba posibilidades para otra vía , teniendo en cuenta todo lo que se quiere contar. Y funciona.
Por otro, un desarrollo complejo que no sigue una vía argumental. Es como si en lugar de una historia, su autor pintase un cuadro de colores agresivos, un retrato cruel de la situación. Aumenta con ello el nivel de denuncia.
Ante nosotros se muestra una sociedad envenenada , a tal nivel que no alcanzamos a asumirlo de forma total, pero sí presentirlo, tal es el número de asesinos que transita por sus páginas.
Se lee de un tirón, entretetiene siempre, sorprende.
Avanza, como digo, en el aspecto de denuncia.
Y es que la buena novela negra sirve para muchas cosas.

Público

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