TEATRO: EN EL ESTANQUE DORADO de Ernest Thompson

Director- Magui Mira
Intérpretes- Héctor Alterio. Lola Herrera. Luz Valdenebro. Camilo Rodríguez. Adrián Lamana

Supongo que soy de los pocos que desconocen la famosa película que en su día otorgó el Oscar a sus dos principales protagonistas.
Esto me permite asomarme a esta obra con la ignorancia que pocas veces tenemos , pero también me deja sin la posibilidad de la comparación.
Y no se trata de comparar por morbo, sino para saber si los defectos que encuentro en la producción que ahora se representa con éxito en el Teatro Bellas Artes de Madrid son propios de la adaptación o están en el original.
Existe base para un sustrato dramático amable y para una comedia de texto capaz de generar emoción: dos ancianos, una hija incomprendida, un muchacho que viene a insuflar vitalidad donde estaba desapareciendo, amor en tiempos de pérdida...
Todo esto bien ordenado, podía dar como fruto una pieza estimable para lucimiento de sus intérpretes.
Sin embargo, tengo la sensación de , no sé como decirlo, de que los diferentes episodios están ahí porque sí, sin responder a una linealidad exigible que se base en lo que conocemos de sus personajes, alguno de los cuales , como el de la hija, carece absolutamente de ningún armazón , y otros como el del novio de esta y su hijo, rozan lo caricaturesco.
Quizás sea este uno de los problemas: el nivel interpretativo de los tres actores secundarios me parece bajo mínimos, incapaz de no sonar tan forzado que hay momentos que llega a avergonzar ( no ayuda algún punto de atrezzo: ¿ a quien se le ha ocurrido vestir así al dentista?).
En cualquier caso, y ante la imposibilidad de recurrir a la revisión del texto original, tenemos que pensar en un fallo de dirección. No sólo la dirección de actores sino la creación de un suceso. Magui Mira no consigue insuflar ternura a las primeras escenas de la pareja ni enhebrar, a continuación, el resto de la historia. Tampoco presentimos el paso del tiempo, de esos tres meses de verano; no entiendo muy bien las acotaciones musicales. El decorado cuenta con un bellísimo telón de fondo pero tampoco aporta dinamismo y esas charlas en sofá encarando al público son teatralmente muy básicas.
Pero vayamos a lo mejor: sin duda esta obra se entiende como una ocasión de lucimiento de dos grandes actores; la directora así parece entenderlo y es este su único objetivo. El resultado no falla, claro. A Lola Herrera este personaje debe de resultarle muy sencillo y cumple con él , otorgándole su simpatía y su profesionalidad. Pero la función es de Alterio, de su humor sobre todo, porque también parece una decisión, no sé si acertada, derivar la peripecia hacia el lado cómico; esto último limita en mi caso cualquier interés menos superficial y ahoga la emoción, pero también es cierto que es en la risa cuando se consiguen los mejores momentos.
En general nada molesta en En el estanque dorado. Pero falta , ya lo he dicho, emoción, ternura, poesía, amor.
Es teatro que huele a antiguo, a un poco apolillado. Creo que con este texto y esa pareja se podía hacer algo mucho mejor.
Lo siento. Quizás sea sólo mi opinión. Había buena entrada y hubo muchos aplausos , y eso siempre es bueno.

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