CINE: PHOENIX de Christian Petzold

Alemania 2014
Nina Hoss. Ronald Zerhfeld. Uwe Preuss. Nina Kunzendore. Michael Maertens.

Ya en su película anterior, Bárbara, Petzold volvía los ojos hacia atrás, encontrando en las heridas abiertas en Alemania tras la guerra, un excelente paisaje, estético y moral, para narrar una historia de lucha.
De nuevo con Phoenix se sitúa en ese espacio, una ciudad donde conviven los derrotados escondidos, con aquellos que regresan desde los campos de concentración, en una atmósfera que desde la falsedad, busca servir a aquellos que han salido vencedores y que allí siguen destacados.
Hay que sobrevivir, y sobrevivir, muchas veces, está reñido con la honestidad.
Y esto último es algo que ha ocurrido sobre todo en los años de la contienda, algo que ha ampliado el campo de los culpables ¿ puede tratarse realmente como tales a aquellos a los que ha vencido el miedo?.
Creo que el estupendo guión está basado en una novela que ya sirvió a antaño para otra película que desconozco. No me extraña, es un argumento con muchas posibilidades dramáticas.
Petzold dota la historia de la oscuridad precisa, de un nivel de desasosiego que comienza con esas mujeres vendadas que, como fantasmas nocturnos que surgen del pasado, recorren los pasillos de la clínica a la búsqueda de su propia imagen.
A partir de ahí, nos vemos inmersos en un ambiente enfermizo, tóxico. No parece lejos Hitchcock, y no sólo por las concomitancias de la historia con Vértigo, sino también por su capacidad para asomarse a los rincones oscuros del ser humano y su maestría a la hora de graduar la información y generar tensión sobre cualquier aspecto; sin olvidar, claro, su álito romántico, cercano por momentos al "amor fou".
De todos modos, hay algo muy importante que otorga a Phoenix otra dimensión, más allá de cualquier thriller americano o europeo, y es que Petzold es alemán, y está hablando del pasado de su país, de una forma no sólo utilitaria.
El director utiliza por lo tanto la historia para recordar y hablar de la culpa, de la traición, del perdón y, creo, de la imposibilidad y el error que supondría olvidar. Que difícil, tantos años después, atreverse con este mensaje.
Phoenix es una excelente película, pero hay algo más y no quiero terminar este comentario sin decirlo: tiene uno de los mejores finales que recuerdo, por su alma, su elegancia y contar tantas cosas con tan poco.
Desde Bárbara , Petzold ha crecido, esperemos que lo siga haciendo, es ya un director a tener muy en cuenta.

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