176 páginas
También disponible en ebook.
Me adentro en esta novela sin ningún asomo de morbo.
No tengo ninguna referencia sobre la madre de la autora, más allá de saber que era un personaje del panorama literario español. No tengo por lo tanto ningún retrato , ninguna imagen de esta mujer que, al parecer era una especie de mezcla vital de hada y gorgona, de maga y bruja, miembro icónico de una generación que se movía a la perfección entre el hedonismo y la cultura, entre la frivolidad y la búsqueda.
Los que iban a abrir el mundo , la España oscura, a una nueva era donde la responsabilidad no era siempre un adjetivo positivo.
Posiblemente, si buscásemos aquello que parece reclamarse en las escuelas de escritura, "¿que es lo que quieres contar?", Milena Busquets hablaría de la ausencia, de ese vacío que quedó en su corazón el día que tuvo que asumir la muerte de su progenitora, y de las semanas siguientes en las que intentó recomponerse, ahora que se le había caído uno de los andamios, de intentar saber cual debería ser a partir de entonces su personaje. Mirar por las rendijas de su pasado juntas para, en el fondo, intentar establecer un patrón, encajar esa relación en un marco que no pareciese exento de lo que se entiende debe de ser el binomio madre e hija.
Lo importante de esta pequeña novela no es que esté fantásticamente escrita, con un dominio de las palabras capaz de generar un realismo suave, que posibilita que cierta poesía conviva con la verdad.
No.
Lo importante de También esto pasará es que está escrito con el alma.
Para escribir con el alma uno tiene que estar dispuesto a desnudarse, a dejar que en la aparente ficción se perciba la realidad, porque me parece imposible que la sinceridad que destila sea impostada, a dudar de sus propios sentimientos frente a esa contundencia que tanto me cansa.
El premio es la universalidad, supongo que también el dolor curativo del exorcismo, pero por supuesto la universalidad.
Porque es fácil sentirse cerca, identificarse en algunos tramos y entender los otros.
Por supuesto no es un poema, sino un artefacto narrativo y como tal, cuenta con sus guías: el viaje a unos días en Cadaques que suena a un viaje al pasado donde se descubre que el pasado no es recuperable, la búsqueda del paraíso cuando el paraíso no es un lugar sino un tiempo y un estado, la confusión del amor cuando son varios los personajes que lo habitan, lo imposible de no tener algo de convencional, lo cómodo de tenerlo pudiendo ser parte de una sociedad estructurada y sin la obligación de pintarse de diferente, este conjunto de duendes que parecen haberse quedado sin alas... Y también, por supuesto, los recuerdos en la relación entre una madre y una hija, que asoman con cierto pudor , o, mejor dicho, totalmente exentos de pornografía.
Muchas, muchísimas cosas pero que se asientan cómodas en tan pocas páginas.
Se lee de un tirón. Porque no es necesaria la densidad para conseguir una obra única.
Repito, lo que hace falta es ser capaz de poner el alma.
A Milena Busquets hay que agradecerle que lo haga.
Nadie podrá compartir algo tan personal como si dolor, pero quizás como público mudo y oyente podamos prestarle alguna ayuda a cambio de .... sí, lo he dicho varias veces, de su alma desnuda.
Público
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