TEATRO: DOS PEOR QUE UNO de Richard Bean

Director- Alexander Herold
Intérpretes-
Fernando Gil. Miren Iberguren. Peter Vives. Mar Abascal. Fermi Herrero. Toni González. Anna Gras. Miner Montell. Miquel Ripeu. Javi Coll. Vito Sanz. Maribel Lara
Músicos-
Amelie Angebault. Sergio López. Nacho Olivar. Joan Vigo
Basada en Arlequín servidor de dos amos de Carlo Goldoni.

Ya lo entendió Aristofanes, luego muchos otros, en el Siglo de Oro, el referenciado en este caso Goldoni, por supuesto Shakespeare.... hacer reír. es muy importante.
Ellos lo intentaron.
Porque conseguirlo es otra cosa, muy difícil, diría que más que hacer llorar.
Pero como la vida no es justa, tendemos a dejar de lado aquellas obras cuyo objetivo principal es ese, con frases como "es una tontería", " no vale mucho"... eso sí, después de haberlo pasado estupendamente.
Creo que lo primero cuando alguien se decide a intentar que nos divirtamos ( ojo, no es un objetivo por el que deba permitirse reducir la exigencia de calidad , eso no ), es sentirnos agradecidos.
Estoy seguro de que la risa es totalmente medicinal, que alarga la vida y hace que sea mucho más saludable.
Y eso es lo que ocurre con Dos peor que uno.
Es importante señalar que la obra es un encargo del National Theatre a Richard Bean, que tras triunfar allí se transfirió al West End, que estuvo nominada a muchos Laurence Olivier y, en su presentación en Broadway, a varios Tony, es decir, que cometeríamos un error despachándola como una tontería superficial.
De hecho, no me cuesta decir que su primera parte es brillante. Asume la farsa en todo su nivel, incluso manipulando los trucos como la intervención del público con el único objetivo de despertar las carcajadas, y lo consigue.
Me pareció un poquito más floja después del descanso, como si al director le hubiese afectado de repente un ligero cansancio y quisiese encajar las piezas y acabar de una vez, pero no por ello dejé de divertirme con muchos gags ( el de la gaviota es único ).
Además, el envoltorio cuenta con la estupenda participación de un grupo de músicos excelentes, brillantes, que aligeran las transiciones pero además imprimen el ritmo necesario.Que se suman a la cantidad de elementos de calidad que conforman el espectáculo.
Como columna vertebral, me sorprende Fernando Gil, al que sólo había visto en un papel dramático, Enrique VIII. Es un hombre orquesta, que entra y sale de su papel, dialoga con el público y consigo mismo, domina la expresión vocal y gestual. Todos los demás le acompañan a la perfección.
Lo dicho, nunca se debe de infravalorar la risa, el humor es una de las armas más valiosas de cualquier ser humano, que error sentirnos ridículos por divertirnos, casi disculparnos por haber disfrutado de un espectáculo estupendo por el hecho de que carezca de trascendencia..
Mientras pensáis sobre ello, id a ver Dos peor que uno. Es una tarde teatral absolutamente gozosa.

Público

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