Tenía poco dinero para comprar libros, 1984 , y absorbía las novelas que Alianza Editorial, en su edición de bolsillo, editaba de los grandes de la novela negra norteamericana : Hammet, Chandler....
Alguien me regaló el Premio Planeta de ese año,. Crónica sentimental en rojo, y tuve la sensación, al devorarlo, de que cualquiera de los escritores antes citados , se había reencarnado en las playas de Cataluña.
Había mujer fatal, y ex boxeador enamorado, amor mucho, y también dolor, negro y rojo que se cruzaban en una historia apasionante y llena de carne y de alma.
Desde entonces , hubo más encuentros, el tiempo pasó, yo ya pude comprar los libros que me apeteciera y González Ledesma siguió escribiendo. Yo habría dado mi posibilidad de comprar libros por ser capaz de escribir como él, pero esa es otra historia.
Recuerdo , entre muchos, El pecado o algo parecido y Una novela de barrio, y con su recuerdo, recuerdo muchos momentos de encontrarme pegado a sus páginas.
Resulta que hoy me entero de que nos ha dejado. Y con cierta nostalgia, recupero la portada de ese libro que todavía guardo y que tal vez sea el momento de volver a leer.
Sólo me queda darte las gracias por tanta aventura, tanto misterio, tanto pellizco en el corazón.
No te olvidaré.
Público
Alguien me regaló el Premio Planeta de ese año,. Crónica sentimental en rojo, y tuve la sensación, al devorarlo, de que cualquiera de los escritores antes citados , se había reencarnado en las playas de Cataluña.
Había mujer fatal, y ex boxeador enamorado, amor mucho, y también dolor, negro y rojo que se cruzaban en una historia apasionante y llena de carne y de alma.
Desde entonces , hubo más encuentros, el tiempo pasó, yo ya pude comprar los libros que me apeteciera y González Ledesma siguió escribiendo. Yo habría dado mi posibilidad de comprar libros por ser capaz de escribir como él, pero esa es otra historia.
Recuerdo , entre muchos, El pecado o algo parecido y Una novela de barrio, y con su recuerdo, recuerdo muchos momentos de encontrarme pegado a sus páginas.
Resulta que hoy me entero de que nos ha dejado. Y con cierta nostalgia, recupero la portada de ese libro que todavía guardo y que tal vez sea el momento de volver a leer.
Sólo me queda darte las gracias por tanta aventura, tanto misterio, tanto pellizco en el corazón.
No te olvidaré.
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