NOVELA: COMO SOMBRA QUE SE VA de Antonio Muñoz Molina

Seix Barral
536 páginas
También disponible en ebook.

Creo que, sin lugar a dudas, Muñoz Molina es uno de los grandes escritores actuales en idioma castellano.
He leído tantas obras suyas que se me confunden en la memoria, si bien puedo recordar, además de la constante calidad de su prosa, dos características para mi singulares:
Una es la total libertad de géneros, sea cual sea el que aborda, así no podría calificar claramente algunas como Sefarad o Ventanas en Manhattan, y en muchas otras siento que salto de la narración al ensayo o al diario íntimo sin siquiera darme cuenta.
Otra es su cercanía con el lector, presente en la intromisión muy frecuente de temas personales, algo que hace que tengamos la sensación de que el autor es algo así como un compañero de mesa que nos está contando una historia casi al oído.
Pues bien, el avance en estas líneas de escritura puede tener mucho que ver con la búsqueda de nuevos modelos, colocándose a veces en la metaliteratura y presentándose con cada vez mayor nivel de riesgo. Nunca hasta ahora como en Como sombra que se va.
El personaje central de la novela es el presunto asesino de Martin Luther King. Si bien, existen referencias a toda su vida ( y sus declaraciones posteriores, y por supuesto el atentado ), el núcleo lo componen los días que pasó, de forma errática, en Lisboa. Asistimos a su angustia, a su miedo pero también a sus momentos de ensoñación algo paranoide, en un ejercicio de introspección del que podemos asumir su carácter ficticio pero sabiendo que es fruto de una profunda investigación y que no recurre a ningún apoyo falso.
He dicho antes el personaje central de la novela, pero no del libro, porque este libro tiene otro personaje principal y es el propio autor, vinculado al anterior no sólo por estar escribiendo sobre él sino también por tres viajes a la ciudad portuguesa, viajes que sirven para puntuar su propia historia: uno como escritor en ciernes y marido atrapado, en camino para investigar su primera novela de éxito; otro como autor prontamente consagrado, y el último, como hombre enamorado y feliz asomándose al pasado desde la edad adulta a través de la observación de uno de sus hijos. En este nivel, la obra es una historia de amor real, una confesión tardía, una reflexión cargada de detalles sobre el oficio de escritor y , enlazado con el otro cuerpo del libro, un ensayo sobre el arte de novelar sobre la realidad, desde el ejercicio de creación de una novela.
Porque eso sí, Muñoz Molina no renuncia a que este libro sea una novela, y de ahí las diferentes entradas que se van encajando como uno de esos mosaicos que adornan la fachada de la ciudad que tanto ama, y que dan protagonismo al propio Martin Luther King y a la lucha por los derechos civiles.
El resultado es un libro que puede ser muchas cosas, y que en todas ellas es un buen libro, escrito con maestría, con absoluta libertad, pero pagando a cambio con entrega y sinceridad.
Más que un ejercicio o un experimento, una obra conseguida y que en ningún momento deja de ser entretenida y en muchos resulta apasionante, refrendando mi valoración de su autor.

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