CINE: HERMOSA JUVENTUD de Jaume Rosales

España. 2014
Ingrid García- Jonsson. Carlos Rodríguez. Inma Nieto. Fernando Barona. Juanma Calderón. Patricia Mendy. Miguel Guardiola

Me gustan mucho las películas de Jaume Rosales.
Creo que he visto todas y me resulta muy atractiva su capacidad de manejar lo que en principio es una observación realista y objetiva , en cierta distancia, con una caligrafía visual sofisticada que se adecúa a cada una de las narraciones.
Para mi alcanzó su cumbre en Sueño y Silencio, criticada por algunos, a mi me pareció una obra perfecta, casi una instalación con alma.
Parece ser que su director la terminó agotado y con la duda de si estaba convirtiendo sus películas en obras de museo. Por ello, dice, decidió volver a un modelo de rodaje más tradicional. De ahí nace esta Hermosa Juventud.
Pues bien, a mi me parece que , gracias al cielo, seguimos pudiendo disfrutar de las constantes que a mi me han hecho apreciar, y mucho, a Rosales.
Vamos primero a hablar de forma:
En primer lugar, aunque por la temática la aproximación pueda parecer más emocional, la observación sigue evitando cualquier atisbo de juicio, siendo una mirada limpia, objetiva.
También el director esta vez es capaz de adaptar su saber audiovisual a aquello que narra, entre primeros planos que profundizan hasta el alma a través de las dudas ,y artificios mucho más elaborados, en especial en la excelente utilización de las nuevas tecnologías, tanto para enmarcar a esa generación, como para trasladar de una forma excelente el paso del tiempo.
Por último, me gustaría también destacar que, desde esa aparente aspereza, siempre me ha llamado la atención la capacidad de Rosales para extraer lo mejor de sus intérpretes; ya lo hizo con un casi debutante Alex Brendemuhl en Las Horas del Día, no era difícil con Nuria Mencía y Petra Martínez ( además de todos los secundarios ) en La Soledad; aquí todos están perfectos, pero es difícil no destacar la solvencia de Ingrid García- Jonsson, una actriz para mi desconocida pero que demuestra una naturalidad y una verdad presente en cualquier gesto, en cualquier palabra, su interpretación no puede tener más matices.
Pasamos al contenido.
Rosales, de nuevo, se acerca , se pega, para ser exactos, a la realidad. Posiblemente esta vez más que nunca.
Hermosa Juventud habla de la juventud, que si bien puede entenderse hermosa por naturaleza, en este caso, y en muchos casos del día a día, dista mucho de serlo. Lo importante es que no hablamos de dramas concretos o de perfiles especialmente singulares, sino de aquellos que posiblemente era impensable que accediesen nunca a protagonizar una película. Están en la media baja, cercanos a la pobreza, pero no pobres, sin trabajo, pero tampoco son los frustrados licenciados sino que adolecen de una falta casi total de preparación, enamorados y con sus pequeños incidentes pero sin grandes dramas.... es decir, unos ni nis pero que, así en principio, tienen muy poco que ofrecer para resultar interesantes.
Rosales, antes lo decía, creo que pone cierta ternura en su mirada, o a lo mejor es compasión. En cualquier caso, consigue acercarnos a estos muchachos, ponérnoslos delante y, en mi caso, generarme un respeto absoluto por ellos. Eso es mucho. Aunque no por ello evita el realismo, con un final que es de los más tristes que puedo recordar.
Hermosa Juventud está limitada por su propia naturaleza, la decisión de su director de no dejarse llevar por ningún exceso,  y eso puede jugar en su contra.
Por mi parte, creo que es una buena película, que sigue apuntando logros a la carrera de este hombre. Y sobre todo, una película, hoy día, muy necesaria.
Extraño que nadie se haya interesado por esto hasta ahora, quizás lo más cercano haya sido Los Lunes al Sol, de Leòn de Aranoa.

Público

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