USA. 2013
Leonardo di Caprio. Jonah Hill. Matthew McConaughey. Jean Dujardin. Rob Reiner. Margot Robbie
Tengo un problema en mi entrada en este película, y que me acompaña durante al menos la primera hora: es tal la repugnancia que me causa todo lo que cuenta que casi me hace vomitar.
Además, en ese tiempo, tengo la sensación de que existe cierto regocijo en todo ello, como si se pretendiese crear un nivel de endiosamiento de una cultura totalmente basada en la ambición, sea de lo que sea y en la forma que sea ( dinero, sexo, drogas... ), donde se pronuncian frases tan absolutamente deleznables como "no hay nobleza en la pobreza", o se contemplan comportamientos que serían dignos de cárcel.
Bien.
Llegado a este punto, tendré que reconocer que el director y el guionista han conseguido posiblemente ponerme en la situación que querían: el rechazo absoluto hacia este personaje y todo lo que significa.
A partir de ahí, consigo dejar a un lado mi repulsión, quizás también porque la narrativa avanza por otros derroteros, y disfrutar de lo mucho bueno que compone la película:
La caligrafía de un maestro como Scorsese que es capaz de contar como nadie historias a través de la cámara y conseguir una agilidad que hace que tres horas pasen en un soplo.
Y sobre todo, una interpretación absolutamente totémica de un actor por el que hace unos años no habría dado un duro y que hoy me parece uno de los grandes; Di Caprio está absoluto, pero no por ello, el director evita rodearlo de un puñado de intérpretes en los que nadie falla y de los que Hill y Mc Conaughey no pueden dejar de destacarse.
En fin, el caso es que, finalmente , tengo que decir que El lobo de Wall Street nos trae al mejor Scorsese, ese que recuerda al de Uno de los nuestros, así es capaz de trasladar el día a día de estos monstruos, el infierno de una forma cotidiana.
Lo hace sin pudor, porque posiblemente esto no podría haberse contado de otra manera; de todas maneras, si conseguimos mirar más allá, percibimos que lo que nos muestra, esa orgía perenne de vicio y amoralidad, se asemeja, posiblemente gracias a su mano y a su perspectiva, a un circo romano, al monumento a le decadencia.
No hay excusas, a pesar de que la cinta este basada en un libro biográfico de ese personaje, hay que reconocerle que no busca justificarse. Seguramente, eso puede servir de penitencia. En cualquier caso, no nos dejemos llevar, no nos acomodemos porque al final hay castigo: El lobo de Wall Street es una muestra del horror que existió, que estuvo cerca, que todos palpamos...
Que nos sirva la lección, que no sea un espejo depende de nosotros.
Y por cierto, sí, es una película fabulosa.
Público
Leonardo di Caprio. Jonah Hill. Matthew McConaughey. Jean Dujardin. Rob Reiner. Margot Robbie
Tengo un problema en mi entrada en este película, y que me acompaña durante al menos la primera hora: es tal la repugnancia que me causa todo lo que cuenta que casi me hace vomitar.
Además, en ese tiempo, tengo la sensación de que existe cierto regocijo en todo ello, como si se pretendiese crear un nivel de endiosamiento de una cultura totalmente basada en la ambición, sea de lo que sea y en la forma que sea ( dinero, sexo, drogas... ), donde se pronuncian frases tan absolutamente deleznables como "no hay nobleza en la pobreza", o se contemplan comportamientos que serían dignos de cárcel.
Bien.
Llegado a este punto, tendré que reconocer que el director y el guionista han conseguido posiblemente ponerme en la situación que querían: el rechazo absoluto hacia este personaje y todo lo que significa.
A partir de ahí, consigo dejar a un lado mi repulsión, quizás también porque la narrativa avanza por otros derroteros, y disfrutar de lo mucho bueno que compone la película:
La caligrafía de un maestro como Scorsese que es capaz de contar como nadie historias a través de la cámara y conseguir una agilidad que hace que tres horas pasen en un soplo.
Y sobre todo, una interpretación absolutamente totémica de un actor por el que hace unos años no habría dado un duro y que hoy me parece uno de los grandes; Di Caprio está absoluto, pero no por ello, el director evita rodearlo de un puñado de intérpretes en los que nadie falla y de los que Hill y Mc Conaughey no pueden dejar de destacarse.
En fin, el caso es que, finalmente , tengo que decir que El lobo de Wall Street nos trae al mejor Scorsese, ese que recuerda al de Uno de los nuestros, así es capaz de trasladar el día a día de estos monstruos, el infierno de una forma cotidiana.
Lo hace sin pudor, porque posiblemente esto no podría haberse contado de otra manera; de todas maneras, si conseguimos mirar más allá, percibimos que lo que nos muestra, esa orgía perenne de vicio y amoralidad, se asemeja, posiblemente gracias a su mano y a su perspectiva, a un circo romano, al monumento a le decadencia.
No hay excusas, a pesar de que la cinta este basada en un libro biográfico de ese personaje, hay que reconocerle que no busca justificarse. Seguramente, eso puede servir de penitencia. En cualquier caso, no nos dejemos llevar, no nos acomodemos porque al final hay castigo: El lobo de Wall Street es una muestra del horror que existió, que estuvo cerca, que todos palpamos...
Que nos sirva la lección, que no sea un espejo depende de nosotros.
Y por cierto, sí, es una película fabulosa.
Público
Comentarios
Gracias por tu blog, magnífico en su forma y en su fondo.