NOVELA: CANADA de Richard Ford

Editorial Anagrama
576 páginas
También disponible en ebook.

Siempre he considerado a Richard Ford uno de los hijos de John Updike ( al igual que mi adorada Anne Tyler pero esta con mucho más sentido del humor ), este a su vez tataranietos posiblemente de Chejov. Por eso me sorprendió tanto la primera frase de Canadá , en la que se habla de robos y asesinatos.
Además, se le puede achacar a esa apertura cierta intención para captar la atención del lector.
Es sólo un error por mi parte basado ; no sólo en esta novela está el Ford que conocemos sino que está el mejor Ford.
Lo importante en él no es tanto lo que cuenta ( claro que importa, y más en este caso, lo que quiero decir es que nunca ha necesitado "acontecimientos" para sostener sus narraciones ) sino como lo cuenta, su capacidad para  mostrar sin aspavientos su visión sobre lo cotidiano.
En lo externo, poniendo sobre sus páginas una América que no tiene perfil de protagonistas en la vida, lugares creados posible y exteriormente para vivir vidas en apariencia anodinas. Y digo en apariencia porque dejan de serlo cuando cronistas como él o como antes lo fue el ya citado Updike y aun antes Faulkner, le otorgan la capacidad de poner sobre el papel su día a día, y extraer de ahí  aquello que los hace importantes, que es siempre el interior.
Lo más relevante, y común , en estos autores es una forma de pintar que, desde la sequedad de esos paisajes, entre los colores tenues, nos van dejando ver la soledad en la que se mueven sus personajes, y con ellos, lo que a mi personalmente me sobrecoge , es la inconsistencia de sus vidas, que no es más que la propia inconsistencia de la vida.
En Canadá, tengo la sensación de que  Ford decide dar un paso adelante y tocar gran parte de los mitos de la literatura americana ( algunos han hecho referencias a Huck Finn, hay un robo a un banco, hay asesinatos... ) pero los trae a su terreno. Y es que aquí la fuerza no está en la leyenda sino en la realidad..No hay grandeza, no hay héroes , hay mucha tristeza, hay dolor , mucho dolor.
Hay dos gemelos de quince años a los que tenemos la sensación de acompañar hasta su vejez, aunque ella no esté en la segunda parte Ahí es cuando el protagonista se enfrenta a la parte más dura de la Canadá del título, un entorno oscuro, un lugar poblado de personajes que lo sitúan como un remedo del muchacho de El guardián entre el centeno, sometido a la situación desoladora que sólo puede terminar en tragedia. Hay unos padres, que posiblemente no deberían de haberlo sido, y cuya desaparición parece perdida en el viento. Y hay una reflexión final , donde se  alcanza la sabiduría, con la tristeza de saber que la experiencia siempre llega después de que la hayamos necesitado.
La prosa de Ford es contundente sin necesidad de intentarlo, es sobria y es más hermosa que nunca. Creo que no exagero si digo que ha escrito con esta una de las grandes novelas americanas, un clásico inmediato.
Me llegan al corazón sus personajes, su desarraigo, su búsqueda de referencias, su miedo ante la soledad y su caminar vacilante porque el mundo no se detiene. Temas habituales en su autor. Siento su dolor y me produce infinita ternura su final. No creo que me reponga pronto del encuentro final entre los hermanos.
Leo que la felicidad es saber vivir, saber ser flexible, nadar pero dejarse llevar aceptando la marea. Y nunca sabes lo que espera detrás de cada recodo.
La vida, que difícil, algo sobre lo que sólo pueden escribir los grandes.
Como Ford.

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